Tocados y casi hundidos (0-1)

El Málaga CF vuelve a caer derrotado ante el Eibar en La Rosaleda y ya son ocho en 13 partidos

Duele. Duele y mucho la situación del Málaga CF. Sin vida y sin alma vuelve a caer derrotado en su propio estadio provocado por los errores propios que condenan a un equipo que no es capaz de ganar a casi nadie. Derrota dura que deja al cuadro malacitano como el farolillo rojo de la categoría y a cuatro puntos de la salvación. El tanto de Quique, en un fallo infantil de Escassi condena a un equipo carente de mordiente ofensiva y un Plan B.

Los de Pepe Mel regresaban a casa con algunos cambios en el once titular, el regreso de Hervías y Gallar además de Ramón acompañando a N’Diaye. Formaron de inicio Reina; Javi J, Juanfran, Burgos, Escassi; Hervías, N’Diaye, Ramón, Gallar; Villalba, Castro. Los armeros arrancaron con Luca Zidane; Imanol, Tejero, Ferrao, Rober Correa; Stoichov, Nolaskoain, Álvarez, Troncho; Javi Muñoz, Quique González.

El duelo comenzó con dominio del conjunto malaguista, que disputó la posesión al Eibar y propuso más que su rival. Villalba disparó por primera vez para el Málaga pero con poco acierto. El equipo de Pepe Mel llegaba pero no concretaba, el dilema de toda la temporada. En los errores propios muere el Málaga y de nuevo ocurrió. Escassi regala la pelota en la salida de balón y tras un centro de los visitantes, Quique llega al segundo palo totalmente solo para empujar el balón y poner por delante al Eibar.

El conjunto boquerón, con una losa encima tras el 0-1, no fue capaz de generar ocasiones de gol claras para empatar el duelo. Rubén Castro remató un centro de Hervías en posición antirreglamentaria aunque se marchó fuera. N’Diaye lo intentó de chilena pero no llegó a encontrar portería y se estrelló en el larguero. La primera mitad no dio para mucho más y el conjunto malaguista debía dominar la segunda.

Tras el descanso, Pepe Mel metió a Cristian en el campo para dar verticalidad al equipo. El equipo costasoleño dominó la pelota ante un Eibar que se encerró atrás durante el segundo tiempo. Sol no pudo encontrar el tanto en un remate de cabeza pasados los primeros diez minutos. Issa Fomba, Febas o Jozabed no encontraron el camino de dar cosas distintas al partido en un equipo que cada vez se estresaba más y jugaba más precipitado. La falta de goles condenan a un equipo al que le pesan los errores en la cabeza y que no da señales de tener vida en una situación que comienza a ser límite.

Sergio Ramírez

Estudio Periodismo en la Universidad de Málaga. Comentarista y narrador en SportDirect. (Twitter: @sergioramz_)

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