Más que un pase de ronda
El Málaga Femenino ganó bastante visibilidad independientemente del resultado y muchas niñas soñarán con ser futbolistas gracias al partido del jueves en La Rosaleda
Dos días soñando despiertas. Apenas han pasado 48 horas desde que el Málaga Femenino hizo historia en La Rosaleda tras ganar al Zaragoza CFF en penaltis. Un partido que era un premio por el trabajo y la constancia de las futbolistas que llevan años luchando por defender el escudo malaguista. Sin embargo, antes del partido, el equipo ya había ganado algo más que un pase de ronda en Copa, se había ganado el apoyo de muchas personas que no seguían al equipo y una grada repleta de niñas que soñarán con ser algún día como las jugadoras del cuadro de Ayala.
Muchos años pidiendo esto, que el Málaga Femenino pudiese jugar en La Rosaleda. En los últimos años, el equipo vivió uno de sus mejores momentos al llegar a la Primera Iberdrola, mientras que el masculino había descendido a Segunda, pero ni siquiera el club se planteó llevarlas al templo malaguista como premio a su esfuerzo. Tres años más tarde y dos descensos de por medio, llegaría la oportunidad para un equipo que lo llevaba mereciendo desde hacía mucho tiempo.
Una oportunidad que el equipo supo aprovechar a la perfección. ¿Tanto costaba abrir La Rosaleda para ellas? Desde el primer momento en el que se anunció, las jugadoras derrochaban ilusión y ponían aún más ganas, ya que sabían que su sueño se iba a cumplir, gracias en gran parte a una gran gestión liderada por Manolo Gaspar, que cumplió la promesa que le hizo a las jugadoras. Gracias Ruth, Farfán y Encarni, por quedaros, luchar y capitanear el sueño de muchas.
Y que decir de la afición. Nos quieren hacer creer que el fútbol femenino no interesa, pero el día 11 de noviembre de 2021 se demostró todo lo contrario. El horario no era el mejor, un día laboral a las cinco de la tarde y aún así más de 2200 personas se acercaron para darle apoyo al equipo, por no decir de los tantos que siguieron el partido a través de la televisión, radio o redes sociales. Una afición que estuvo de diez durante los 120 minutos de juego, ya que llevó en volandas a un equipo que se dejó el alma en cada jugada.
Solo hay que ver las caras de ilusión de las jugadoras nada más salir a calentar, donde en cada parón demostraron que son una piña. Quizás en algunos momentos sus piernas no les respondían por el cansancio, pero en este caso el alma sí que funcionó gracias en gran parte a esa hinchada. Esta fue la clave de la victoria, una victoria que va más allá de un resultado. Ganar o perder este día era lo de menos, porque antes del partido el Málaga y el fútbol femenino ya habían ganado. Que esto sirva para valorar más lo que tenemos porque el Málaga lleva jugando así desde que se inició la temporada.
Hay que seguir dando voz a las que luchan cada día desde el silencio, porque no salir en los medios no significa que no se hagan bien las cosas. Queda mucho, el camino es muy largo, pero el jueves se dio un paso agigantado hacia la igualdad. Además se vio una grada repleta de niñas, que a partir de ahora soñaran con ser futbolistas y querrán ser como las jugadoras del Málaga. Y es que tal y como dijo Ruth al acabar el partido: «No importa la edad, porque si trabajas y te esfuerzas, los sueños se cumplen«.
