23 de marzo de 2010: saltan chispas entre Caicedo y Obinna
Un día como hoy, hace 10 años, se confirmaba la mala relación de los dos delanteros exmalaguistas en un entrenamiento
Un día como hoy, 23 de marzo, pero del año 2010, terminó de estallar un desafortunado desencuentro en el aparentemente bonancible vestuario del Málaga CF. Los protagonistas fueron dos delanteros: el nigeriano Victor Obinna y el ecuatoriano Felipe Caicedo. Ambos llevaban solo tres meses compartiendo equipo, pues el segundo había aterrizado en el mercado invernal. Aquel día se confirmó que no estaban hechos el uno para el otro.
El equipo blanquiazul, que por aquel entonces entrenaba Juan Ramón López Muñiz, volvía a los entrenamientos después de enfrentarse al Villarreal en el fin de semana. Sin apenas tiempo para recuperar, debían preparar el partido ante el Valencia en una jornada intersemanal. Caicedo y Obinna entrenaron juntos. Efectivamente. Juntos pero no revueltos. Ambos ni se miraron. No hablaban. No había feeling. Pero, ¿por qué?
Almería fue testigo
El asunto venía de lejos. Un par de jornadas antes, el Málaga visitaba el Estadio de los Juegos Mediterráneos para medirse al Almería. Caicedo y Obinna coincidieron en el campo los últimos 20 minutos con el equipo por debajo en el marcador. En uno de los ataques del cuadro boquerón, el ecuatoriano decidió acabar una clara jugada por su cuenta y desistió en la idea de pasarle la pelota al nigeriano. El primero no daba crédito a los achaques del segundo por no cederle el balón. El polvorín explotó.
Caicedo y Obinna se insultaron hasta en tres idiomas distintos, combinando el castellano con el inglés e incluso con algún insulto en italiano. Camino a los vestuarios tras el pitido final, casi llegaron a las manos y sus compañeros junto con el cuerpo técnico tuvieron que separarlos. Se empezaba a vislumbrar una mutua relación de celos entre dos delanteros a los que Muñiz no terminó de dejarles claro quién era el suplente de quién. Tendencia que no varió durante el resto de la campaña. Y que no se tomarían de la mejor manera dos futbolistas con un carácter enfervecedor.
Jugar juntos depende de cómo el míster piensa que podemos jugar juntos (Victor Obinna)
En la rueda de prensa previa al choque, a Obinna le habían preguntado por su compatibilidad con Caicedo y si le gustaría que formasen pareja en el ataque malaguista. En sus palabras ya se podía vaticinar que el nigeriano tenía serias dudas: «Jugar juntos depende de cómo el míster piensa que podemos jugar juntos».
Sin tapujos en El Madrigal
Después del desencuentro en Almería, la duda estaba en cómo iban a reaccionar ambos jugadores si coincidían en el terreno de juego. La siguiente cita era en Villarreal y ambos delanteros habían entrado en la convocatoria. Caicedo había sido titular, pero Muñiz decidió sustituirlo en la segunda parte. ¿El sustituto? Obinna. El ecuatoriano, al ver en el cartelón el dorsal del nigeriano, salió del campo por la banda contraria a los banquillos, evitando el saludo con su compañero. Ni contacto, ni miradas, ni palabras. Caicedo ni siquiera quería esconderlo.
En el momento en que la cesión de Obinna terminó, en junio, dejaron de ser compañeros. En Martiricos ya no se volverían a ver las caras en 2010. Pero sí dos años más tarde. Aunque lejos de la Costa del Sol. Muy lejos, de hecho. En el verano de 2012, el equipo ruso del Lokomotiv de Moscú se hizo con los servicios de los dos delanteros, que volverían a compartir vestuario. En Rusia nunca tuvieron muestras de desconsideración. De hecho, se les vio celebrando efusivamente algunos goles juntos.
Caicedo y Obinna. Obinna y Caicedo. Condenados a no entenderse y a que nadie los entienda.