La enésima decepción, un tiro en el pie y la cabeza en los infiernos

Nueva derrota del Málaga CF, que cayó justamente contra el Oviedo en un partido que casi confirma la triste realidad: el descenso a Primera RFEF

Que alguien despierte al malaguismo de esta pesadilla… Otra decepción, ni una pizca de ilusión. El Málaga tiene pie y medio en Primera RFEF por la falta de responsabilidad de unos futbolistas que acumulan tres entrenadores esta temporada en nómina y que han demostrado que Pepe Mel no era el principal culpable, ni tampoco Pablo Guede. No estuvo bien Pellicer, pero ya da hasta cosa señalar al banquillo.

Una oportunidad de oro. Eso era lo de hoy, con más de 17.000 espectadores en las gradas de La Rosaleda, en un frío viernes en el que apetecía más otra cosa que ver el derrumbe de un proyecto sin proyecto. El once de Pellicer invitaba al optimismo: volvían Febas y Rubén Castro, pero ni la doble punta con Fran Sol hizo que el equipo blanquiazul tuviera cierta presencia arriba. ¿Cómo vamos a esperar fútbol en ataque… si no hay atrás?

La energía de Lago Junior en la primera parte se disipó por culpa de la deficiencia atrás. El extremo africano levantó a un Málaga sin orden ni concierto. Aportó desequilibrio y acierto en zonas fundamentales, pero el cuadro de Pellicer no culminaba. El centro del campo fue desastroso, gobernado por un errático Luis Muñoz y la falta de verticalidad de Jozabed.

El mejor ejemplo de lo que es este Málaga es la ineptitud de Javi Jiménez, que estuvo a punto de provocar el 0-1 pasada la primera media hora de juego. Viti la tuvo y Rubén Yáñez, una vez más, salvó a los suyos. Se mascaba la tragedia. El Oviedo, sin hacer demasiado, estaba siendo merecedor de mucho en una Rosaleda que apuntaba al administrador judicial tras el adiós de Manolo Gaspar.

Al poco de comenzar la segunda parte, un doble cambio incomprensible de Pellicer: Villalba y Loren Zúñiga… a cada cual peor. Antes del descanso, Sergi Enrich tuvo que sustituir al lesionado Borja Bastón. En el minuto 59, el único gol del encuentro, el de Manu Vallejo, que cogió la espalda a Bustinza después de que Villalba acompañara con la mirada una seria jugada de ataque del Oviedo por la banda de Javi Jiménez.

Para más inri, la falta de profesionalidad de Esteban Burgos sentenció a la hoguera al Málaga. En plena celebración ovetense, fue a pelearse verbalmente con el juez de línea y De la Fuente Ramos le mostró la cartulina roja. Con uno menos y el marcador en contra, el conjunto malaguista se fue arriba de manera desconcertante. Derrota, pitada merecida… y rumbo a Primera RFEF.

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