Por fin se cumplió el deseo de 6.519 malaguistas
Así fue la vuelta de la afición a La Rosaleda en partido oficial tras 526 días
Dicen que los deseos se cumplen, y ayer, 6.519 malaguistas pudieron volver a ver un partido de los suyos en La Rosaleda en un partido oficial. Tras el mal sabor de boca que dejó la escasa entrada ante el Tenerife en el último partido preparatorio, sumados a las quejas generalizadas por los precios, existía el miedo de ver al estadio vacío, aunque no fue así. Ni el calor, ni las circunstancias impidieron ver un gran ambiente de fútbol en Martiricos tras 526 días de espera.
La previa
Los aledaños del estadio volvieron a teñirse de blanquiazul. Desde bien pronto se comenzaron realizar los primeros cánticos, creándose un ambiente de fútbol como los de antaño, y se notó a una afición ilusionada y con ganas de que comenzara esta temporada. Los lugares más emblemáticos, como son el ‘Bar Manolo’ y la ‘Bodega Hermanos Madrid’ acogieron a gran parte de los aficionados que se apiñaron antes de entrar al tempo malaguista.
Largas colas
El fútbol ha vuelto, pero la pandemia sigue, y por ello se siguió un estricto protocolo previo a la entrada al campo, algo que provocó unas interminables colas en cada uno de los accesos de Martiricos. Bien es cierto que se cumplieron estrictamente las normas, aunque esto conllevó a que se concentrase un gran número de personas en un espacio reducido. Debe servir como aprendizaje para los próximos encuentros, sobre todo para los espectadores que no podrán alargar tanto la espera y entrar con cierta antelación para evitar aglomeraciones.
Martiricos fue una fiesta
Ya en el campo, la sensación que dio es que había más de 6.500 espectadores. Se notó desde el inicio que había ganas de Málaga y de fútbol, formando entre todos un clima áspero para el rival que se vio condicionado, sobre todo, en los primeros 45 minutos. La Rosaleda llevó a su equipo en volandas, apretando en los mejores minutos del conjunto boquerón, y también, en los peores momentos, donde se intentó en todo momento levantar a unos jugadores que habían bajado notablemente su físico.
Un final emocionante y que sirve de aviso para próximos encuentros
Tras el pitido final, el equipo se llevó una sonora ovación por parte del público que reconoció la entrega de los suyos y sobre todo, la gran primera parte que realizaron. Los capitanes y el entrenador llevaron al grupo hacia la grada de Fondo Sur, donde agradecieron el apoyo de su gente, y estos, les respondieron con un último cántico de ánimo, demostrando la unión con la que empieza este grupo con la afición, algo que debe mantenerse durante el transcurso de la temporada para conseguir los objetivos. Una vez fuera del estadio, preguntamos a varios aficionados, y todos se mostraron «conformes» con lo visto aunque también coinciden en la falta de «uno o dos delanteros» para cerrar la plantilla. En general, buenas apreciaciones de los malaguistas que obtuvieron la recompensa que tanto merecían: la de volver a su casa.