Lo de La Rosaleda es otra historia

El Málaga consiguió un triunfo balsámico (1-0) merced a un solitario gol de Brandon Thomas de penalti y ante un Tenerife que terminó volcado sobre la portería de Dani Martín

No tiene ni punto de comparación este Málaga en La Rosaleda con su rendimiento a domicilio. Es una barbaridad la diferencia, empezando por la intensidad desde la defensa, con un Peybernes impecable. Además, con esa pizca de suerte de cara a gol, aunque esta vez se transformó en una decisión arbitral con polémica en ese penalti a Brandon Thomas que él mismo convirtió en el 1-0 del encuentro. Lo de Cartagena y hoy son dos clases de fútbol que no se parecen en nada.

Y eso es lo más preocupante. ¿Por qué cambia tanto este equipo cuando juega lejos de casa? Lo que sí sabemos es que el proyecto de José Alberto funciona, y muy bien. Esta vez, ante el Tenerife, un equipo con aspiraciones al ascenso y con juego y plantilla para ello. De hecho, estuvo a punto de igualar el choque antes del final, pero el Málaga supo cerrarse para volver a sacar de quicio a su rival en La Rosaleda.

Iván Calero fue la mejor noticia del día, al margen de la victoria. El lateral derecho volvió a la titularidad para suplir a Víctor Gómez y sacó buena nota, con seriedad en defensa y alguna que otra llegada ofensiva. Fue el otro carrilero, Javi Jiménez, el que amenazó con el primer tanto, pero fue anulada su volea por un fuera de juego previo de Jozabed, que volvió a hacer de mediapunta.

Y el premio lo convirtió Brandon Thomas desde los once metros, al caer por un muy leve toque de Aitor Sanz. Lo revisó el VAR, porque estaba justo en la línea. La duda nace más bien en el contacto sobre el delantero blanquiazul, que lo acabó lanzando al medio y superó al exmalaguista Juan Soriano. La Rosaleda vibró y apareció de nuevo esa comunión con el equipo, y con el resultado a favor todo fue más sencillo.

Al descanso, el Málaga tuvo una sensación de dominio que bien le podría haber hecho lograr un gol más de renta. Con el inicio del segundo tiempo, las piernas empezaron a pesar. El esfuerzo fue inconmensurable y la entrada de Ramón por Jozabed dio un refresco sensacional en la sala de máquinas. El granadino aportó esa calidad en el juego y el pulmón que necesitaban dos titanes en el doble pivote como son Genaro y Escassi.

Con el paso de los minutos, el Tenerife fue dando el evidente paso adelante. Enric Gallego y Shashoua plasmaron esa reacción chicharrera, pero Peybernes y Juande lo repelieron absolutamente todo, especialmente el francés, que estaba casi roto ante el esfuerzo realizado durante los 90 minutos. Y el joven central blanquiazul sacó una pelota en el añadido que pudo significar el empate del Tenerife tras un fallo enorme de Dani Martín en la salida.

El Tenerife mostró una imagen más negativa de lo habitual a domicilio, donde es de los mejores equipos de la categoría, en parte por el esfuerzo espectacular del Málaga en todas las líneas. Los cambios de Sekou, Antoñín y Kevin echaron al equipo un poco atrás, aunque el temporal se esfumó y los tres puntos se quedaron en el fortín de Martiricos.

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