Las madres malaguistas se sinceran sobre sus hijos en este día especial para ellas
Las madres de Adrián, Tete Morente, Kellyan e Iván Jaime hablan de como son sus hijos
Por el día de la madre, el Málaga CF habló con las madres de los malaguistas Adrián, Tete Morente, Kellyan e Iván Jaime. Cada una da su visión de como es tener un hijo futbolista, como eran ellos cuando eran pequeños y algunas trastadas de la infancia.
Merche Morales, madre de Adrián González
¿Cómo lleváis el confinamiento?
“El confinamiento lo llevamos bien porque todos los días nos vemos a través de la pantalla y mis besos, mis abrazos y mi amor les llega seguro”.
¿Cuál es su plato favorito?
“Él vive con una excelente cocinera, mi nuera Natalia, pero uno de los platos que le hago yo y le encanta son las manitas de cordero con tomate”.
¿Cómo es el Adrián hijo?
“Como hijo es un amor, no puedo estar sin él”.
¿Cómo vives sus partidos?
“Yo lo vivo con muchísima tensión desde la mañana del partido y siempre confiando en que van a ganar”.
En esa casa se hablará mucho de fútbol, ¿verdad?
“Cómo no vamos a hablar de fútbol si es lo que nos apasiona y nos da tantas alegrías. Y que siga así”.
Mercedes Leal Sierras, madre de Kellyan
¿Cómo vive una madre los partidos de su hijo?
“Vivo con muchísima ilusión los partidos de mi hijo y con muchos nervios. Me refiero a que cuando él sale a calentar, yo ya digo ‘vamos Kellyan, cariño, tú puedes’ y empiezo a calentar yo con él. Como profesional ha jugado dos partidos y no he podido ir a verlo, una lástima pero es así, aunque sí lo he visto jugar en Segunda B y fue muy emocionante el estar ahí arropada por todo el furor que se desata en el estadio. Fue muy bonito. Yo siento que él está haciendo lo que le gusta y eso me parece muy bien. Eso es lo mejor que le puede pasar porque es por lo que ha luchado durante todos estos años”.
¿Cómo gestiona la distancia?
“La distancia… Pues ya vamos para casi nueve años que se fue y no llegas a acostumbrarte, pero sí que asumes que está lejos, pero como hablamos cada semana, cuando acaba los partidos, pues siempre estamos cerca a través del teléfono o videollamadas. Son muchos kilómetros y las circunstancias no permiten que estemos, así que lo solucionamos todo por teléfono”.
¿Se agranda la distancia ahora con el confinamiento?
“En estos momentos de confinamiento la distancia es la misma, pero se vive de distinta forma. No es lo mismo estar aquí y saber si está bien, si está mal, si come más, si come menos… Pero realmente él está allí y te preguntas cómo lo estará pasando, un chaval de 21 años. No solo él, sino todos los que están con él. Siempre te queda la incertidumbre”.
¿El plato preferido de Kellyan?
“Kellyan no tiene plato favorito. Él tiene platos favoritos y son todos los que yo le hago. Yo siempre he cocinado, desde que era pequeño, y se lo hago y siempre que se va dice que las multas las voy a pagar yo porque lo engordo. Eso sí, hay un plato que no le gusta para nada, que es el guisado de hinojos. Esto es cosa de su abuela y él sabe lo que es”.
¿Cómo es Kellyan como hijo?
“Como hijo qué te voy a decir. Es mi hijo mayor, el más alto, el más guapo, el más rubio. Se resume en que es mi hijo y qué va a decir una madre de su hijo. Pues que lo quiero muchísimo, que está viviendo su sueño y eso de lo que se trata. Porque un chaval que se fue con 13 años de casa para aprender su futuro, como Tarzán en la selva. Te quier, Kellyan”.
¿Alguna trastada de cuando era pequeño?
“Tiene trastadas para hacer un libro. Jugaba al escondite y no se lo decía a nadie. Él se escondía y decía ‘pues ya me encontraréis y si no pues ya veremos a ver’. Meterse entre las sillas y la mesa, era lo que le gustaba. Vaciar los armarios de la cocina y meterse dentro. Esconderse dentro de una estantería. Se metió dentro de una, se tapó, se quedó durmiendo y menos mal que habíamos cerrado la puerta porque casi avisamos a urgencias. Desde tirar por el balcón todo lo que había, y cuando digo todo es desde la mopa hasta el tapón de la hoya express. Hemos tenido de líos en la comunidad… También, él tenía una hucha, que era cuando estaba la ‘Play Station 1’. Pues un día fue a cogerla mi marido y se dio cuenta de que pesaba mucho y claro fue cuando Kellyan dijo que era su hucha y echaba el dinero por la ranura. De ahí hasta jugar con amigos con barro. En la huerta jugaban a ser de chocolate y se embadurnaban de barro y de agua del bancal y cuando aquello se secó, pues imagina para quitarle el barro. Y así, una detrás de otra. Se podría contar en un libro”.
Mónica Pajuelo, madre de Iván Jaime
¿Cómo es Iván Jaime el hijo?
“Iván siempre ha sido muy buen niño desde pequeño. Es muy familiar, le gusta mucho estar con nosotros, siempre está pendiente. Su mayor virtud, que tiene muy buen corazón. ¿Un defecto? Es muy cabezota”.
¿Cómo lleváis el confinamiento?
“Quitando los primeros días que fueron más pesados, un poco agobiantes y con incertidumbre, pero luego ya los hemos ido llevando bien, la verdad. En el día él pasa varias horas entrenando, vemos series juntos, etc. Es muy cocinillas y hacemos muchas recetas ‘fit’ como él las llama, la verdad que lo llevamos bien”.
¿Cuál es su plato favorito?
“Su plato favorito es la fideuá y también le gusta mucho la carne. Un buen filete le encanta”.
¿Es cierto que hacéis deporte juntos?
“Sí es cierto, dos o tres veces en semana por la tarde hacemos pilates juntos. Alguna mañana me gusta ponerme con él a entrenar, aunque muchas veces me va corrigiendo ejercicios y, evidentemente, no puedo llevar su ritmo”.
Iván Jaime, un nombre curioso…
“Hay gente que piensa que Iván Jaime es un nombre compuesto, pero Jaime es el apellido. Iván Jaime Pajuelo. Yo estoy encantada cuando le llaman Iván Pajuelo y mi padre, su abuelo, más (risas)”.
¿Cómo vives los partidos de Iván?
“Los vivo siempre muy nerviosa, tanto en el campo como en la tele. Si es verdad que en el campo me suelo poner más nerviosa y con sufrimiento. Es un juego, pero no deja de ser de contacto y, evidentemente, no quieres que le pase nada a ninguno y menos a tu hijo”.
Lourdes Oliva Fernández, madre de Tete Morente
¿Supuso una alegría que Tete fichara por el Málaga y así tenerlo más cerca?
“Por supuesto que es una alegría, claro. Cuando me dijo que venía a Málaga no me lo podía creer, la verdad. Estamos muy felices porque podemos compartir mucho más tiempo, podemos, todas las semanas que juegue en casa, disfrutar de él en el campo. Ahora ha surgido esto del coronavirus, pero somos fuertes y toca mirad hacia adelante. Llegarán momentos mejores”.
Pese a su juventud, Tete lleva ya unos años fuera de casa. ¿Cómo vive eso una madre?
“Aunque sepa que es por el bien de él, es muy difícil y complicado porque hemos perdido muchas cosas el uno del otro. Siempre me he hecho la fuerte y le he apoyado siempre en todo lo que él ha decidido. Hemos llorado muchísimo los dos y su padre. Ha sido un poco difícil, especialmente al principio, que se marchó con 12 años a 900 kilómetros de casa y eso no se olvida en la vida, pero a la vez muy feliz porque sabía que era para cumplir su sueño”.
¿Cómo vive una madre los partidos de su hijo?
“Con mucha ilusión, pero muy nerviosa. Me gusta más verlo en el campo, porque por la tele me doy cuenta de que lo tengo lejos de mí y no puedo disfrutar de él. Le pido a Dios que haga un gran partido, pero sobretodo que no tenga ninguna lesión y que, si así fuera, que no sea nada grave”.
¿Alguna trastada de cuando era pequeño?
“Tete ha sido un poquito travieso, como todos los niños. Un día me dio un susto bueno. Se fue a casa de una amiga, porque nosotros vivimos en una urbanización de bloques, y se fue al piso de una chiquilla que vivía en el piso de enfrente sin decirme nada. Yo buscándolo por todos lados, pegando en todos los porteros para ver dónde estaba y toda la urbanización buscando a mi Antonio. Claro, yo nunca buscaba en casa de ninguna chiquilla, me empeñé en ir donde había niños. Llamé a la policía porque a la hora y pico el niño no aparecía. Después de dos horas de estar buscándolo con la policía, lo veo venir del piso de enfrente, que venía de casa de una chiquilla, Cristina, que se había ido a ver una película con sus padres. Era un ‘trastillo’, pero me alegré mucho cuando lo vi venir, ni lo regañé porque me pensé lo peor y cuando lo vi se me quitó todo”.
¿Cuál es su comida preferida?
“Su comida preferida es el puchero, le encanta. A él no le gusta el guiso de pavo, a él le gusta que le eche al puchero los pescuezos de pavo junto con la pringá. Y es una locura. A mí me encanta verlo disfrutar cómo se lo come, yo se lo hago con mucho gusto”.