En la victoria, crítica constructiva

El Málaga CF está cada vez más cerca del objetivo, no obstante, todavía se le puede pedir un poco más al equipo

Estoy muy contento, como el que más. Una victoria más del Málaga, ante un rival de la zona peligrosa, y cuyo valor se multiplica ganando el goal-average al conjunto gallego y alejándonos ya hasta 13 puntos de la quema. Llueve menos por Martiricos tras el traspié ante el Almería. Alegría. Pero como malaguista que me considero y tanto quiero a este club por muchos motivos, también quiero ser consecuente con lo que no me gusta del conjunto blanquiazul cuando en encuentros como hoy me tiene en la más absoluta desazón, fallando goles infallables o concediendo ocasiones al rival y darle vida cuando no la tenía. Como diría el mismo Pellicer, se es «equilibrado en la derrota y comedido en la victoria».

Lo de la portería sigo sin entenderlo. Tienes dos buenos porteros y ambos tienen las mismas oportunidades, cierto es. Pero es un puesto grosero (no puede un cancerbero de tu plantilla quedar satisfecho al 100% nunca, o juega algo o no juega), que requiere de una continuidad sobre el marco y extender la confianza a su defensa. Esa irregularidad se transmite al equipo cuando ves a un meta fallar cuando habitualmente no lo hace.

– Los movimientos desde el banquillo suelen cambiar el devenir de un encuentro si lo haces bien, aportando frescura ante una lesión o cansancio, o un cambio táctico para contrarrestar al rival. Luego hay cambios que directamente no entiendes. Lo de Benkhemassa es un ejemplo. No tengo nada en contra del chaval que, seguro, da el 101% sobre el terreno de juego, pero a la hora de sustituir a Luis Muñoz hubiera pensado que su reemplazo habría sido alguien más técnico como Cristian o incluso el chaval Ramón (qué pena que el canterano parece diluirse con el paso de la temporada). Pero salió el argelino y el equipo perdió con el paso de los minutos fuerza en el centro del campo y llegada en segunda línea, lo que desembocó en que el Málaga tuvo que buscar las bandas para hacer daño al rival y renunció al centro. Mención aparte es el gol cantado que falla. Os prometo que no lo entiendo.

Soy muy del 4-1-4-1 desde que el equipo lo usa ante el Zaragoza y que hasta el día de hoy sigue usándolo. Los de Pellicer juegan mejor y obtienen resultados, eso es innegable. Pero por momentos uno también querría que, si el encuentro se pone de cara para hacer daño al rival con más atacantes sobre el verde, no importaría hacerlo más allá de cuando solo vamos con el marcador en contra. Uno de los puntos más negativos en este aspecto es que solo ocurre estando por detrás en el marcador. Un empate se valora, pero también hay más cosas que valorar, como poder ganar y apostar por ello en determinados momentos. Creo que a lo largo de la temporada se ha podido pecar de ‘amarrateguismo’ y se puede ser más ofensivos no solo sacando delanteros sobre el césped.

Son algunos ejemplos de a lo que me quiero referir cuando digo que todos tenemos margen de mejora y de seguir creciendo. Este equipo ha sabido evolucionar a lo largo de este último año y nos ha hecho ilusionarnos con que, en un futuro, cuando quizá (y solo quizá) tengamos una plantilla más amplia y podamos compensar los déficits que actualmente tenemos, podamos pensar en cotas más altas.

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