‘Dónde estabas entonces’ | Sebastián Viberti: 76 años del mito
El argentino disfrutó de dos etapas en el CD Málaga, primero como jugador y después como entrenador
76 años de leyenda. El mito del CD Málaga Sebastián Humberto Viberti ha cumplido años esta semana. Zapatones, como se le conocía en España por su talla 48 de pie. Una de las figuras más importantes de la historia blanquiazul, que se ganó por derecho propio la consideración de jugador mítico del club. La puerta 5 de La Rosaleda lleva su nombre, desde el año 2013, en honor a su amor y dedicación por la entidad de Martiricos como futbolista y también como entrenador.
El Pelado, como se le conocía en su Córdoba natal al no crecerle el pelo hasta los cinco años, era un centrocampista con una técnica exquisita. Un volante de creación como se dice en su país, Argentina, del que salió en el año 1969 rumbo a la Costa del Sol, procedente del Huracán de Buenos Aires.
Una figura a prueba
Viberti ya había despertado el interés de varios equipos cuando llegó a Martiricos. A pesar de ello, el club boquerón —presidido por Antonio Rodríguez López, un empresario de la construcción a priori sin mucha idea de fútbol— le exigió jugar un partido amistoso contra el Granada a modo de prueba. El jugador acabó aceptando la propuesta a regañadientes, pues el cordobés era consciente de su potencial y calidad.
El cuerpo técnico lo aprobó, como era de esperar, y el CD Málaga ascendió a Primera División tras una gran temporada del argentino. La gente empezó a hablar del «Málaga de Viberti» en su primera campaña en la categoría de oro. El mediocampista se estaba consagrando y el equipo disfrutaba en los puestos nobles de la tabla.
El Madrid quiso llevárselo
Varios fueron los equipos que llamaron a la puerta de Viberti. Zapatones llamó la atención de varios clubes de primera tras su debut en la máxima división del fútbol español. El interés procedía de Madrid: tanto Real como Atleti querían hacerse con sus servicios.
Con los blancos lo tenía hecho. Rodríguez López había viajado a la capital para cerrar su salida, pero toda la operación se borró de un plumazo. El presidente malaguista había aparecido muerto en su coche en extrañas circunstancias. Años más tarde, el propio Viberti reconoció que su contrato con el Real Madrid se encontraba en la caja fuerte del mandatario. Un texto redactado en el que se había acordado el traspaso en 25 millones de pesetas.
Reconocimiento de la ciudad
Dos años después de colgar las botas, Viberti volvería a «su» CD Málaga. Esta vez para dirigirlo desde el banquillo. El argentino entrenaría a su único equipo en España de 1977 a 1980. Su dedicación no ha pasado inadvertida. Y no solo la entidad ha querido reconocerla, sino también toda la ciudad. Málaga le tiene otorgado el nombre de una glorieta al mito malaguista en la avenida de La Palmilla.
«Los malagueños siempre lo hicieron sentir un ídolo», afirmó su hijo cuando dieron su nombre a la puerta 5 de La Rosaleda. Y es que Sebastián Viberti se empeñó en escribir su nombre en la historia del Málaga con letras de oro.