Resumen sencillo del caso camisetas para escépticos
BlueBay se anuncia en la parte trasera de las camisetas oficiales del Málaga CF y en el estadio de La Rosaleda en la U de televisión al firmar un acuerdo el 1 de marzo de 2013, con las firmas de Vicente Casado y Manuel Novo por un montante total de 2,65 millones de euros más IVA por dos temporadas.
El 23 de julio de 2013, casi cinco meses después, el Málaga CF y la firma hotelera escenifican la firma del convenio de patrocinio en un acto y lo hacen público con una foto en la que aparecen el entonces vicepresidente del club, Moayat Shatat, y el director general del grupo Bluebay, Joaquín Janer. Durante el periodo estipulado por el convenio, la firma hotelera aparece en las equipaciones malaguistas y en las vallas de publicidad del estadio, como recogía el acuerdo publicitario.
En 2020 accede al Málaga CF el administrador judicial, José María Muñoz, que comienza una exhaustiva fiscalización de los ingresos y gastos generados en el club en los últimos años. El 7 de diciembre de ese mismo año, lunes para más señas, se conoce que el administrador judicial a solicitado al Juzgado de instrucción número 14 de Málaga que investigue el contrato de publicidad al encontrar presuntas irregularidades y tener constancia de que la publicidad se pagase durante la primera de las temporadas de las dos que constaba en el acuerdo.
La jueza da orden a la Policía para que investigue el asunto y las fuerzas de orden público comienzan sus pesquisas. El día 4 de marzo, hace cinco días, a través de ‘Radio Marca’ se hace público un documento que, supuestamente, se entregó al juzgado y en el que BlueBay mantenía que el contrato de publicidad se anuló al día siguiente de su firma, por lo que no debe ni debía ninguna cantidad al club.
Hoy, 10 de marzo, se conoce, a través de los compañeros de ‘El Desmarque Málaga’, que la Policía en su investigación ha encontrado hasta tres pagarés emitidos por la empresa hotelera, con cantidades fraccionadas que podrían ser pertinentes del contrato en cuestión por valor de un millón de euros, 0,9 millones y 0,75 millones. Si sumamos esas tres cifras de los supuestos pagarés estaríamos en el total de 2,65 ‘kilos’ que aparecerían en el contrato suscrito en su día.
