Otra noche para el olvido donde se tira el liderato de grupo a la basura

El Oostende supera fácilmente a un Unicaja que pierde el average contra los belgas

Unicaja no levanta cabeza. Ni cambiando de entrenador, ni fichando jugadores nuevos cambia la dinámica del equipo. Esta vez en Bélgica, donde el equipo no compareció frente al último de grupo. Simplemente hacía falta ganar para obtener el liderato, y ahora, tras perder el average al caer de más de 16 hace imposible que los malagueños puedan ser primeros. Lo que mejor le valdría al Unicaja sería que la temporada acabase ya, porque lo único que hacen es decepcionar a cada paso a una afición cada vez más mermada y que mucho está aguantando ya. Sin embargo, la temporada está lejos de acabarse, y ahora lo único en lo que se puede pensar es que el equipo de Navarro está a 1 partido del descenso a LEB Oro, con unos cuartos de una BCL sin factor cancha que lo único que hace es debilitar aún más el físico de una plantilla ya de por si deficitaria.

El primer cuarto, como todo el partido, ha sido de una defensa nefasta de Unicaja. Los de Navarro han recibido 25 puntos en el primer cuarto. Inoperantes en ataque e invisibles en defensa. Randolph hizo lo que quiso con la defensa cajista durante todo el encuentro, sumando al final la friolera de 35 puntos.  Imparable por una defensa claramente venida a menos tras el poco nivel de inicio de Unicaja. Solamente dos triples de Francis Alonso, el mejor de los malagueños, mantuvieron con vida a Unicaja tras ese primer período. Navarro salió con un quinteto rompedor, buscando agitar el árbol en busca de reacciones pero teniendo que desmontarlo rápidamente. Nzosa salió como 4 y no cuajó malos minutos, sumando un 2+1 bastante vistoso. Sin embargo, está claro que el técnico vasco no le tiene entre sus favoritos, relegándole al banquillo en cuanto la cosa se puso fea.

La gran noticia de la primera parte fue sin duda el debut de Mario Saint-Supery. El base rinconero, de 15 años, se convierte así en el jugador más joven de la historia en debutar con el Unicaja, aprovechando la plaga de lesiones de jugadores exteriores en el conjunto cajista. El segundo cuarto fue más de lo mismo, mejorando un poco Unicaja, sobre todo en defensa para recortar distancias e irse al descanso perdiendo de un solo punto.

El tercer cuarto comenzó como los suele empezar Unicaja. Mal. Pese al flojo inicio de los belgas en la segunda mitad, los cajistas tampoco eran capaces de anotar, encontrando su primera canasta a los tres minutos de empezar el parcial. Tras esos primeros minutos de tanteo el equipo belga empezó a carburar y consiguió alejarse en el marcador. Aún así, los malagueños, a remolque todo el partido, consiguieron volver a acercarse gracias al buen hacer de Francis Alonso, el único que sabía como hacer daño a la escuadra belga. Con todo, el Unicaja conseguía que no se le escapase el partido y conseguía llegar al último cuarto con posibilidades de ganar el partido. Y ahí llegó la hecatombe.

23-2 de parcial. Así fue como terminó el último cuarto en contra de los cajistas. Esperpéntica actuación para tirar a la basura el average frente al Oostende y asegurar la clasificación como segundo de grupo. Auténticamente lamentables fueron esos últimos minutos en los que no defendía ni un cajista, dejando a los belgas jugar a su antojo, dominar como querían. Absolutamente nadie en ataque fue capaz de anotar nada. Ningún jugador fue capaz de tirar de orgullo. Absolutamente ni una nota positiva de un último parcial que define sobremanera lo que es el Unicaja actualmente. Un equipo vacío. Triste.

Redacción

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