La necesidad puede con la tranquilidad

El Málaga cae derrotado en el Carlos Tartiere ante el Oviedo, que gracias a uno de los goles del año amarra media salvación (1-0)

La necesidad del Oviedo marcaba el partido, el no estar salvado pesa mucho. A pesar de no mostrarlo en el campo, quería sumar estos importantes tres puntos para certificar su salvación. Tras el gol, ni los cambios ni las llegadas al área salvaron al club malaguista, que acabó perdiendo la oportunidad de seguir luchando por grandes alicientes. La posibilidad de llegar hasta el octavo puesto, significándose esto una mayor cuantía económica por parte de LaLiga la próxima temporada. De buscar lo máximo posible hasta el final.

El Málaga, que consiguió ayer la salvación de forma matemática, cambió su esquema con varios cambios en el once. Pellicer dejó a Caye Quintana en el banquillo, jugando con Joaquín de ‘falso 9’ y con la apuesta de Mini en su primer partido de titular. A la baja de Benítez, el técnico respondió con Ismael, además de dar paso a Cristo en la banda zurda. Un revolucionario once para un Málaga sin presión.

El inicio fue similar al de los últimos encuentros del Málaga, asfixiando al rival en la presión y acercándose al área continuamente. Pero algo que ha lastrado mucho al conjunto blanquiazul durante toda la campaña es la falta de gol, que se vio de nuevo claramente hoy en el Carlos Tartiere. Sin poner en aprietos al Oviedo, fue ligeramente superior. El cuadro asturiano se incrustó atrás, creando un muro de difícil acceso para los soldados malaguistas.

Ante la imposibilidad de entrar en el interior del área rival, tenía que intentar buscar lanzamientos desde el exterior, aunque no dio sus frutos. Cristian fue el único que pensaba intentar desde fuera y su primer intento se marchó cerca de la meta del Oviedo. En la primera parte no hubo mucho más destacable, el partido no fue muy vistoso. El Oviedo tampoco quiso ser el creador de juego a pesar de ser el equipo que necesitaba los puntos.

Al descanso, tampoco cambió la aportación de ambos combatientes. El cuadro malaguista se mostró pasivo en el campo, con poca ambición. Con la salvación en el bolsillo, la tranquilidad se apoderó de la plantilla. Puede que con el objetivo cerrado, se piense antes de tiempo en preparar la próxima temporada. El empate era el resultado más justo, ya que los dos conjuntos no hicieron grandes méritos para sumar de tres, pero el fútbol no es justo.

Para abrir la lata había dos formas: un error del rival o una genialidad. El Oviedo escogió la segunda. Lucas aprovechó un rechace de la zaga malaguista para hacer uno de los goles de la temporada. Sin controlar el esférico, manda un misil a la escuadra de Dani Barrio para adelantar al Oviedo y poner contra las cuerdas al cuadro malaguista. Con viento a contracorriente es más complicado remar.

Había tiempo para buscar el empate y salvar el encuentro. Pero los cambios no cambiaron la escena. Pellicer volvió a no acertar con las sustituciones y no fue capaz de cambiar el rumbo del partido. La escasez goleadora y la complejidad de llegar a crear peligro acabaron decantando el partido hacia el lado local. Solo fue capaz el equipo malaguista de crear runrún en la meta del guardameta en los últimos minutos. Barrio intentó la épica de marcar, pero mandó la pelota fuera. Cristo lo buscaba desde la banda, pero sin compañero con el que asociarse. El pitido del árbitro, marcó una derrota previsible desde el zarpazo del Oviedo a la portería boquerona.

Sergio Ramírez

Estudio Periodismo en la Universidad de Málaga. Comentarista y narrador en SportDirect. (Twitter: @sergioramz_)

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