Ibón: «A mí la Copa me importa ahora mismo bastante poco»
El técnico de Unicaja se encuentra centrado en los próximos encuentros y resalta el gran momento de forma que atraviesa su rival
Este domingo 2 de febrero a las 12:30 horas, Baskonia y Unicaja volverán a disputar una nueva edición de este clásico del baloncesto español. Los de Vitoria llegan tras vencer al Barcelona en Euroliga (88-86) y encadenan cuatro victorias de sus últimas cinco fechas. Los locales, por su parte, llegan con sensaciones contradictorias tras vencer a Manisa en BCL (91-73) y caer ante Girona en ACB (91-85). El cuadro de Los Guindos descansó en el día de ayer y todavía no se sabe con quién podrá contar Ibón de cara al domingo. Sí se confirmó la baja de Ejim de cara al próximo choque y actualmente Tillie se encuentra enfermo.
Comenzaba su declaración analizando el estado de forma de su rival: «Si hubieran ganado la mitad serían equipo de playoff. Más allá de eso es evidente que con tantos jugadores nuevos necesitan ese tiempo. Estamos viendo la mejor versión de Forrest y Baldwin, Rogkavopoulos que va creciendo con cada partido, el mejor momento de Moneke. Necesitaban tiempo». Además, se encuentra convencido de que Baskonia en la segunda mitad de la temporada Baskonia va a ganar muchos más partidos y van a volver a cotas más altas en cuanto a la clasificación se refiere.
El entrenador de Unicaja confiaba plenamente en que habrá un buen ambiente en el Carpena: «Creo que seguro el domingo habrá un buen ambiente y, bueno, que nos ayuden porque va a ser un partido complicado. Ante un rival que, insisto, está jugando muy bien porque ha encontrado ese punto que necesitan y seguro que el lo Carpena sabrá. Es un partido de los difíciles en la liga, como casi todos, pero este es un grandísimo rival y seguro que nos van a ayudar como hacen siempre».
Respecto a las declaraciones de Kravish después de la victoria ante Manisa comentó lo siguiente: Nos gustaría que los equipos se pusieran siempre, pero no es fácil. Lo que dice David es normal. Somos un grupo que llevamos mucho tiempo, que ya nos conocemos mucho. Ellos me han escuchado cientos de veces preparar los partidos, saben ya lo que voy a decir. Para lo bueno y para lo malo lo saben y ellos también se conocen, se conocen mucho».
Además, reconocía que es complicado tener a todo el equipo al mismo nivel de intensidad con las rotaciones tan cortas que realiza el propio técnico: «Es una cuestión puramente de hábitos y de que somos un equipo con entradas muy cortas al campo, sobre todo en la partida, no los metemos del todo a todos. Porque es imposible y, bueno, cuando vamos encontrando que los jugadores están mejor en cada partido y ellos van cogiendo ese ritmo, pues es cuando mejor jugamos. Creo que es una cosa muy normal».
«Aunque a los entrenadores no nos gusta, porque nos gustaría que estuviéramos siempre al 100%, asumimos es imposible. No se puede estar siempre al 100% y no se pueden estar todos los partidos. Dentro de un partido hay muchos momentos, hay muchos partidos y minutos en los que estás mejor. Hay minutos en los que está el rival mejor y es una cosa natural. El partido perfecto no existe, ni a nivel de equipo, ni a nivel individual. Es un juego de errores, de cometer menos errores y sobre todo en el momento importante del partido. Y creo que ahí solemos ser buenos», finalizaba Ibón sobre las pablaras realizadas por su pívot.
Ibón añadía que no encontraba diferencia en la calidad de sus jugadores tras la derrota frente a Girona. Posteriormente, comentaba que no hay situaciones de partido que no se pueden controlar y un rival en frente que también juega: «Nos tenemos que acostumbrar, porque si cada vez que perdemos un partido parece que hay una crisis, pues os lo dije el otro día, vamos a morir de éxito. Todo nos va a parecer poco y vamos a ser infelices. No vamos a disfrutar de nada. Entonces, a ver si nos acostumbramos a convivir con la derrota cuando llegue porque si no esto va a ser un suplicio».
Respecto al estado actual de la plantilla, considera que se ha visto mermada por las lesiones recientes de Ejim y Barreiro. Admitió que los entrenamientos se vuelven más difíciles sin estos dos jugadores y que Djedovic no se encuentra todavía en un estado óptimo para competir. Tampoco quiso poner excusas y reconoció que el partido ante Girona se perdió simplemente porque su rival fue mejor. Aunque quiso volver a incidir en que el objetivo principal del equipo era controlar las cargas de sus jugadores.
Ibón Navarro se quiso desmarcar de cualquier cábala sobre la Copa del Rey y se centraba en su calendario más inmediato: «Vosotros estáis pensando en la Copa, yo estoy pensando en el partido del domingo. La Copa faltan todavía dos semanas. Hay que buscar el mejor momento para llegar al partido del domingo porque estáis pensando en la Copa pero si perdemos el domingo vais a venir aquí, preocupados. O estáis en la Copa o pensáis en el partido de Baskonia. Yo estoy pensando en el partido de Baskonia. A mí la Copa actualmente me importa bastante poco, ya os lo dije. Había muchos partidos en medio que son muy importantes y que van a resultar muy decisivos a medio y largo plazo».
El estratega vasco retornaba al estado de forma de su rival. También quiso analizar las diferencias entre el Baskonia visto en la primera vuelta y el de este domingo: «Aquel día no jugó Moneke, no estaba Samanic y en cinco semanas en las que ellos han encontrado cosas». Enfatizaba en la mejora de su oponente cuando coincidían Baldwin y Forrest en cancha y el proceso de adaptación que están viviendo sus jugadores: «Seguramente están en el mejor momento de la temporada y les falta a Howard todavía que llegue a su máximo, pero que va dando señales de recuperación y de empezar a hacer otras cosas, de ser un jugador un poquito más sólido en defensa, que ya no es tan fácil atacarle. Yo creo que seguramente ha hecho clic durante este último mes el equipo en algún momento y las piezas están encajando muy bien ahora mismo».
Para finalizar, reconoció que no se encuentra especialmente preocupado por Markus Howard en comparación a lo que están ofreciendo otros compañeros. Eso sí, admite que cuando alcance su mejor versión va a ser un serio problema para sus rivales: «Claro que me preocupa Howard, pero ahora mismo creo que el impacto que tienen Baldwin, Forrest, Moneke y Rogkavopoulos en el juego es muyalto. Son capaces de ganar y de competir a un máximo nivel sin el mejor Howard. Eso era antes más impensable y ahora lo consiguen. El momento en que sumen a un buen Howard son un equipo capaz de ganar a cualquier equipo de la Euroliga, a cualquiera. Tienen muchísimo potencial anotador y claro, el día que están todos bien, pues prácticamente te diría que es imposible ganarles».