Abonados a soñar como niños en el Fernando Torres

Victoria revitalizante del Málaga (0-2) ante el Fuenlabrada, un teórico rival directo que se vio superado por la defensa blanquiazul y un inconmensurable Yanis Rahmani, la estrella del concierto de Pellicer

El malaguismo consiguió uno de esos triunfos que permiten soñar, ilusionarse con un objetivo mayor comparado al del principio de la temporada. No está mal, siempre que se tengan los pies en el suelo. Y Pellicer se encuentra en tierra. De hecho, no deja de demostrar que vive muy al día de lo que tiene, consciente de sus limitaciones, pero capaz al mismo tiempo de tener a todo el mundo disponible para jugar y ganar, tanto física como mentalmente. El Málaga ganó en Fuenlabrada y mandó callar de nuevo a las críticas. La fantasía vuelve a La Rosaleda.

La solidez defensiva fue la seña de identidad del segundo tiempo, pero la victoria se gestó antes. Pellicer apostó por varias novedades importantes de inicio: apostó de nuevo por Soriano y Mejía se fue a la banda derecha por la lesión de Ismael. Sin Escassi y a diferencia de ante el Lugo, el Málaga no sufrió. Ni por la tozudez de un Iban Salvador con más tintes antideportivos que muestras de su verdadera calidad. Fue un quebradero de cabeza, sí, pero por sus continuas ganas de ir al cruce y picarse con los jugadores blanquiazules.

Soñar es bonito. Eso sí, hay que tener mimbres para ello. Pellicer los tiene: Yanis Rahmani se está encumbrando y Joaquín es una delicia. Hicieron y deshicieron a su antojo. Lo mejor de todo, la capacidad de entendimiento entre uno y otro. Combinaron y de la conexión entre ambos nació el importante 0-1: centró el malagueño y cabeceó Yanis en el segundo palo. Como si de un ‘killer’ se tratara, aunque se encontraba un guerrero Chavarría de fondo para rematar por si hubiera sido necesario. Un gol que valió su peso en oro y que premió la valentía del francoargelino, que vio cómo minutos le sacaban un disparo justo en la línea.

Se unió el Málaga para mostrar una de sus mejores versiones de la temporada. Benkhemassa rozó el sobresaliente en un partido en el que funcionó la sala de máquinas a la perfección. El argelino dejó claro que juega mejor de inicio. Desde el último, hasta el primero. El Fuenlabrada de los exmalaguistas Pol Freixanet y Mula no pudieron apenas llegar al área de Soriano en el primer tiempo, sí en el segundo, cuando el conjunto ‘boquerón’ echó un poco el cuerpo atrás para defender el marcador. Juande, que tenía amarilla y quedó tocado en el hombro, se marchó al descanso. Ni el central ni Pablo Chavarría podrán estar ante el Cartagena en La Rosaleda por acumulación de cartulinas.

Y el segundo tiempo reflejó lo que es el Málaga de Pellicer, un equipo sólido capaz de salir a la contra y no sufrir frente a uno de los equipos más serios de la categoría, pero que obviamente lucha por lo mismo que el Málaga en la teoría, por no descender. El paso de los minutos dio la razón en los cambios al técnico castellonense. Entró Ramón, aportó cordura con el balón y mató al Fuenlabrada en el tramo final tras una contra nuevamente llevada por Yanis. Dos goles a favor, tres puntos al bolsillo y ningún tanto en contra. El Málaga se lleva muy buenas noticias del estadio Fernando Torres.

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