Una lesión y la importancia del cuarto árbitro en un Málaga-Albacete con ‘prórroga’

Antonio Sánchez Sánchez, árbitro de 1ª RFEG, debutó en Segunda División el La Rosaleda tras la lesión del árbitro principal

 

El Málaga recibió en La Rosaleda al Albacete en un encuentro accidentado que acabó con el resultado de 1-2 y con el cuarto árbitro dirigiendo el encuentro tras la lesión del colegiado principal designado para el encuentro, Gorostegui Fernández.

Corría el minuto 21 de partido y Aitor Gorostegui Fernández se llevó las manos al gemelo, viéndose obligado a parar el partido y aprovechando la dolencia para llevar a cabo la pausa de hidratación ante las condiciones meteorológicas en las que se desarrolló el encuentro. La sorpresa saltó cuando la pausa de hidratación se prolongó y Antonio Sánchez Sánchez, cuarto árbitro del encuentro, fue quien saltó al campo a dirigir el encuentro.

Antes de ello, en el minuto 19, Gorostegui Fernández dejó su sello en el partido y mostró una amarilla a Boyomo por cometer un derribo temerario. El colegiado vasco aplicó la ley de la ventaja en una acción en la que el Málaga logró tirar a puerta. Una vez el balón salió del terreno de juego mostró la cartulina al defensor.

La primera acción en la que tuvo que actuar Antonio Sánchez Sánchez, árbitro de 1ª RFEF perteneciente al comité extremeño, llegó en el minuto 33 y fue para mostrar una amarilla clara a Ramón por sujetar a un adversario de forma persistente, evitando un ataque prometedor.

El descuento de la primera mitad fue de seis minutos. Este tiempo se corresponde, principalmente, al tiempo empleado en la pausa de hidratación y en el cambio del árbitro principal por el cuarto árbitro. En este descuento llegó una amarilla para Higinio por un derribo temerario en una acción en la que el colegiado lo vio claro y amonestó al infractor.

El segundo tiempo comenzó de manera ajetreada y la primera amarilla de N’Diaye en su vuelta al Málaga CF no se hizo esperar y llegó a los tres minutos de saltar al terreno de juego, en el minuto 48, por un derribo temerario. Más tarde, en el minuto 65, el Albacete reclamó la segunda amarilla para N’Diaye por un choque en un salto en una acción en la que el colegiado no amonestó al jugador malaguista. Las protestas exaltadas desde el banquillo visitante acabó con la expulsión de un miembro del cuerpo técnico.

Una nueva amarilla llegó en este caso para un jugador del Albacete, en este caso para Mesa por otro derribo temerario sobre Fran Sol. El trabajo de Sánchez Sánchez no había terminado y una nueva amarilla llegó para Olaetxea, en este caso por un derribo temerario sobre Ruben Castro.

Las pérdidas de tiempo del Albacete, que estuvo con ventaja en el marcador durante todo el partido, fue contrarrestada por el equipo arbitral con descuentos amplios en ambas partes, pero en el minuto 84 vio la amarilla el portero visitante, Bernabé, por retrasar la puesta en juega del balón, con ánimo de perder tiempo.

El descuento del encuentro fue de siete minutos, cifra que sumada a lo seis de la primera mitad reflejan 13 minutos totales de descuento. Esta cifra se  corresponde con las cinco ventanas de cambio empleadas en la segunda parte, la pausa de hidratación y las pérdidas de tiempo por parte del conjuntos visitante. Este tiempo añadido dejó lugar a una amarilla, la última del encuentro, en este caso para Dubasin por un derribo temerario.

El encuentro se saldó con 30 faltas señaladas por el árbitro del partidos, ocho amarillas: dos para el Málaga y seis para el Albacete, y con un cuarto árbitro que tuvo que saltar al terreno de juego tras la lesión de Gorostegui Fernández, algo que demuestra la importancia de un cuarto árbitro en los partidos de cara a posibles imprevistos.

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