Sufrimiento y redención de categoría
El Málaga se aferra a la salvación con un gol de Pablo Chavarría para superar al Cartagena en La Rosaleda (1-0)
La Semana Santa ha pasado en Málaga, pero el equipo de Pellicer sigue haciendo referencias a esa célebre fiesta a nivel nacional. Primero, la redención con una primera parte de notable alto. Luego, la resurrección en la última jugada del partido, cuando el colegiado Gálvez Rascón señaló penalti por mano de Escassi y Ocón Arraiz, desde el VAR, indicó fuera de juego. La suerte sonrió esta vez.
Victoria de las que valen oro. El Málaga se coloca a cinco puntos del Racing y a seis del Mirandés, que tiene que visitar mañana lunes al Levante. Quedan puntos aún por disputarse y los malaguistas confían en la hazaña tras vencer a un Cartagena que llegaba a La Rosaleda con tres triunfos consecutivos en su haber y cerca de posiciones de ‘play-off’.
Durante el primer tiempo, los blanquiazules fueron superiores. Después de ese tifo espectacular y el recibimiento de los 25.000 aficionados congregados por Martiricos, el cuadro de Pellicer comenzó apretando, con Ramón, Febas y Villalba dominando de nuevo el centro del campo y demostrando que tienen que jugar juntos. Y arriba, Rubén Castro y un incansable Pablo Chavarría que volvió a estar de escándalo.
El gol de la victoria apareció pronto, lo cual fue clave para poner de cara el encuentro. En el minuto 21, Chavarría remató a portería un buen centro del correcaminos Cristian entre los errores de la defensa del Cartagena. Eran los mejores minutos del Málaga, que puso en aprietos a Aarón Escandell con sendos disparos de Rubén Castro y Villalba. Se olía incluso el 2-0.
No obstante, el Málaga pidió el descanso a gritos por el evidente bajón físico y una posible expulsión de Burgos por cortar un ataque prometedor del Cartagena con la mano. Una jugada incomprensible por parte del central argentino que se resolvió con amarilla. En el descanso fue sustituido por Ramalho, que estuvo inconmensurable.
El entrenador del Cartagena, Luis Carrión, fue expulsado al descanso por las protestas. Los visitantes nunca pusieron en demasiados apuros al Málaga, que supo jugar bien sin el balón en sus pies. Con mucho oficio. Incluso supo mirar a la portería de Aarón y el recién entrado Luis Muñoz estuvo a punto de firmar el 2-0 para allanar mucho el camino hacia los tres puntos.
Sí terminó encerrándose el Málaga en su propio campo. Pellicer metió a Álex Calvo e introdujo a Javi Jiménez y Fran Sol. Trabajo irreprochable que estuvo cerca de irse por la borda en el minuto 95, en la última jugada, una mano de Escassi que casi se convierte en penalti de no ser por un fuera de juego por centímetros de Jansson. Por los pelos. Victoria monumental que invita a creer. Ahora, a Lugo.
