Ni un buen jabón lagarto de mi abuela lava la imagen de Al-Thani
El malaguismo anda harto de tanta demagogia e hipocresía necesita de acciones positivas
La respuesta de Al-Thani a la rueda de prensa es lo más vergonzoso que se recuerda por estos lares. La presunta campaña de maquillaje de imagen que está realizando el jeque no sirve. No tiene apoyos por cosas como esta, las locuras de un hombre que ha perdido el norte si es que alguna vez lo encontró.
Que el dueño aún de la entidad critique al administrador judicial es hasta lógico teniendo en cuenta que es un señor que está haciendo lo que supuestamente le corresponde a él, pero la estrategia de desgaste que viene realizando estas últimas semanas es del todo asquerosa. En la nota que mandó a los medios, Al-Thani considera que José María Muñoz confunde las funciones de su puesto por su afán de protagonismo. Protagonismo a un señor que ha tardado más de 100 días en hacer una rueda de prensa. Cada vez que Al-Thani menciona el espíritu de Dortmund, término de nuevo cuño que, a saber que mente pensante ha diseñado, me sale un sarpullido interno de palabras que no se pueden decir en antena en horario infantil.
Es que claro, lo de espíritu de Dortmund debe hablar de mangues grandes, y de eso el jeque sabe bastante. El malaguismo anda harto de tanta demagogia e hipocresía necesita de acciones positivas y esas parece estar poniéndolas en liza el administrador judicial, no un señor que reclama su empresa y pide justicia mientras ofrece devolver lo que debe en cómodos plazos de 15 años, como si esto fuera la hipoteca de su casa.
Al-Thani, confundiendo la velocidad con el tocino, dice que le parece sorprendente que haya dinero para renovar a Pellicer y no para devolver al aficionado el montante que le corresponde de sus abonos. Parece mentira que ahora le interese el bienestar de los abonados cuando se ha pasado por el bajo de la chilaba el interés del malaguismo día sí y otro también.
Acusa a José María Muñoz mientras que él no hace más que criticar. Las acciones que debe acometer es poner la pasta que el club le dejó, pagar los devaneos de su vividora prole y dejarse de usar el Twitter para hacer el ridículo. Ha gastado miles de euros en abogados para ganar menos que Manolo Hierro y José González juntos y ahora, como cuando su hija se compró tres perritos y los mandó a adiestrar con el dinero del Málaga. Ha contratado a una agencia de comunicación madrileña para que le lave la cara. Ni con jabón de lagarto verde que usaban las abuelas malagueñas en las corralas se le quita la mugre de mentiras que tiene este señor. Un buen lagarto verde y menos caprichitos le hubieran hecho quizás mejor persona, mejor gestor y ahora no estaría intentando que algún despistado caiga en las redes de un discurso lamentable que ya no cree ni él mismo.
