Manual sobre cómo tirar un partido por la borda

El Unicaja deja pasar su primer triunfo en el Top 16 en un encuentro que tenía controlado hasta la mitad del tercer cuarto

Nuevos escenarios con viejas costumbres. El Unicaja tenía en sus manos la oportunidad para dar carpetazo a la mala racha que arrastra en las últimas semanas con el inicio del Top 16, se podía hacer borrón y cuenta nueva, pero los cajistas han desaprovechado una oportunidad de oro para tener un nuevo comienzo en la temporada. El conjunto de los Guindos dominó la mayor parte del encuentro, pero la reacción del Joventut a partir del ecuador del tercer periodo y la desconexión cajista hicieron que los catalanes se llevasen el triunfo por 86 a 95.

Luis Casimiro sorprendió a todos con un quinteto inicial bastante innovador. Franki Ferrari tomó el revelo de Jaime Fernández y junto a él salieron al parqué del Martín Carpena, Dario Brizuela, Adam Waczynski , Deon Thompson y Rubén Guerrero. El experimento del técnico cajista dio sus frutos y durante los primeros diez minutos del partido se pudo ver a un Unicaja muy distinto al de encuentros anteriores. El duelo entre malagueños y badaloneses tuvo su nota predominante en la igualdad. Ante Tomic se echó el equipo a las espaldas y llegó a firmar 12 puntos de los primeros 14 anotados por los suyos. En el lado opuesto, Waczynski asumió el rol protagonista, sobre todo al final del periodo cuando anotó dos triples consecutivos para cerrar el cuarto con ventaja para Unicaja (24-18).

Con la entrada en el segundo cuarto, el conjunto de Los Guindos aprovechó la desconexión del Joventut para sacar las máximas faltas posibles. La táctica de los de Luis Casimiro dio sus frutos y llegó a colocarse con 7 puntos de ventaja en el luminoso. Aún así, nunca hay que confiarse ante el plantel de Carles Durán. Los verdinegros metieron una marcha más a su ataque y lograron poner contra las cuerdas a un Unicaja demasiado pasivo. La facilidad pasmosa con la que entraba el Joventut a canasta hacía presagiar lo peor. La entrada en bonus del cuadro de Badalona dio algo de oxígeno a los cajistas que consiguieron poner tierra de por medio y marcharse al descanso con un marcador de 49 a 43.

Los datos de Unicaja no fueron nada malos en los primeros 20 minutos. 57% de efectividad en tiros de 2, 12 asistencias y 17 rebotes, la única asignatura pendiente era frenar a Ante Tomic. Tras el paso por vestuarios, los de Luis Casimiro salieron a por todas y con dos canastas rápidas, obligaron a Carles Durán  a pedir tiempo muerto. Una reacción a tiempo es acierto seguro y así fue. Tras la reacción del Joventut que consiguió recortar seis puntos, el Unicaja recuperó su esencia y endosó un parcial de 7-0 para poner el 63-51 en el marcador. Con este resultado se empezaba a pensar que el conjunto cajista podría dar alguna alegría y empezar a ver la luz al final del túnel. Nada más lejos de la realidad.

Los verdinegros no se rindieron y devolvieron el parcial a los malagueños. Si en líneas anteriores se hablaba de la rápida reacción de Carles Durán, ahora toca analizar la de Luis Casimiro. El entrenador manchego retraso el tiempo muerto hasta que el Joventut llegó a un parcial de 0 a 10. Una reacción tardía que hizo un daño imposible de solucionar. El tercer cuarto acabó con 68 a 66 en el marcador, solo quedaban 10 minutos para solucionar el despropósito de este periodo. Sin embargo, lo que sucedió en los siguientes 10 minutos fue aún peor.

El Unicaja volvió a vestirse con la indumentaria de ese equipo apático, sin energía y sin soluciones. El Joventut sacó toda su artillería y en un abrir y cerrar de ojos se colocó con cinco puntos de ventaja. El Unicaja estaba perdido y los cambios no llegaban. Abromaitis actuó muy bien en determinadas fases del partido, pero en los minutos finales estaba ya demasiado quemado, ¿Por qué no se le cambió? Brizuela basó su juego en regalar faltas y ocasiones al rival, ¿Por qué no se le cambió? Demasiadas preguntas y pocas respuestas.

Los únicos a los que se les puede alabar su actuación en este encuentro son Deon Thompson, Jaime Fernández y Adam Waczynski. El pívot sumó 23 puntos y 4 rebotes para 24 de valoración; el madrileño repartió nueve asistencias y anotó nueve puntos y el polaco firmó 18 puntos. A pesar de sus buenas actuaciones, la realidad es que el Unicaja suma una derrota más, esta vez, una que se podría haber evitado. Los cajistas tenían el encuentro casi controlado, pero nuevamente se echó por la borda con unos minutos finales para el olvido. La temporada sigue su curso y las soluciones no llegan.

Redacción

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