Manolo Gaspar no debe seguir

La limpia en el Málaga CF tiene que ser grande. Tenemos entrenador, de eso ya no queda ninguna duda, el trabajo realizado y sobre todo el carácter mostrado por Pablo Adrián Guede en esta recta final de temporada nos ha demostrado que el técnico argentino puede ser perfectamente quien encabece este nuevo proyecto. 

Las palabras lapidarias del director deportivo Manolo Gaspar en las que hacia referencia, ya en el mes de febrero, de la falta de proyecto, son un gesto de inoperancia, de incompetencia para el cargo que ya entonces debió costarle el puesto. Si la persona que debe organizar el futuro deportivo del club no tiene claro, a falta de cuatro meses para que concluya la competición, cuál es el trabajo que debe hacer para planificar la temporada siguiente teniendo en cuenta todos los escenarios que se podían dar es que no tiene capacidad para ostentar ese cargo. Para estar viendo partidos y cogiendo datos para otros quizás sí pero para guiar el futuro deportivo de un club como el Málaga no. 

Gaspar es máximo y primer responsable de la esperpéntica plantilla que ha diseñado para la temporada que está apunto de concluir. Con un presidente que por sus componentes de gestión judicial deja en manos de los profesionales bajo su supervisión las distintas áreas de trabajo de la entidad no hay que mirar a un sitio para señalar al responsable. La Cueva y el que manda en ella. Todos los condicionantes y particularidad que se pueden esgrimir para la defensa del trabajo desarrollado por el director deportivo para la confección de la plantilla, la elección de entrenadores y sus distintos contratos se caen por el Caminito del Rey al comprobar la que hay liada en ese vestuario. 

La falta de profesionalidad de los jugadores a los que se le ha puesto sobre sus hombros los designios deportivos del club para la temporada estaba a la luz. No hacía falta ahondar mucho en sus perfiles, ni en sus carreras para darse cuenta qué tipo de jugadores habíamos traído al Málaga. Meter en un mismo saco lo que ya teníamos en casa y echarle más madera, que diría Groucho Marx, ha podido significar el desastre para el club. Aquí teníamos ya un perfil de jugador joven, inexperto, con tendencias muy alejadas de la profesionalidad referidas en sus años de filial con el que no logaron los objetivos deportivos. Los Kevin, Hicham, Haitam y compañía necesitaban referentes a los que agarrarse, guías que encauzaran sus carreras por el lado bueno, que les llevasen de la mano para que acabasen la temporada con mil horas de vuelo en el fútbol profesional y ¿qué se han encontrado? Una banda de jugadores con los mismos intereses que ellos, con unos pocos años más que ellos y dispuestos a enseñarles de todo menos madurez deportiva. Poner en el mismo saco a los mencionados más Brandon, Paulino, Sekou o Antoñín ha sido la peor medida que se recuerda por estos lares y recordemos que también quiso fichar a Ontiveros, que menos mal que lo dejó con el culo al aire, que sino imagínense lo que pudo haber sido esto. Nunca entenderé como pudo pensar Manolo Gaspar que ese cóctel podía salir bien.  

No tengo la menor duda de que el paleño no creía estar equivocándose y confeccionó la plantilla pensando en lo mejor para su querido Málaga, pero es que todo le ha salido al revés. En un club normal, teniendo en cuenta que este no es un club normal, Gaspar estaría destituido. Su falta de experiencia en el cargo, tal vez también su falta de preparación y la ausencia de una jerarquía en la entidad a la hora de tomar decisiones le mantienen en un puesto para el que, a mi juicio, no es suficiente haber sido jugador y querer mucho al club, hay muchas otras cosas para las que Manolo Gaspar ya ha dado muestras suficientes de no estar preparado. 

En su debe también haber alardeado de haber hecho ahorrar el club dinero evitando fichar en el mercado de invierno en lugar de traer jugadores para no tener que jugárnosla hasta el final a cara de pero y con más miedo que vergüenza. La cesión de Iván Calero, la gestión del caso Antoñin, sus injerencias sobre el técnico José Alberto para luego destituirlo, el fichaje de Natxo, la permisividad sobre la plantilla, el trato de favor hacia un cierto sector de la afición y su falta de capacidad para planificar la siguiente temporada son motivos suficientes para que José María Muñoz decida que no continúe al frente de la parcela deportiva. 

A José María Muñoz al que no le tembló el pulso para despedir, a través de un  ERE, a padres de familia que eran prácticamente mil euristas debería ser ahora igual de aséptico para con el director deportivo. Los resultados no han sido buenos, el juego tampoco ha ayudado a que la empresa salga adelante económicamente, ¿qué más necesita para prescindir de él y buscar otro camino? Aunque en su primer año de gestión el balance no fuese tan malo en este todo ha sido un desastre no se salva más que la contratación del entrenador, de Guede, pero para traerse a ese técnico no hace falta ser un gran entendido. Guede era el hombre incluso a pesar de Manolo Gaspar.

Igual de necesarias serán las salidas en el club de jugadores que jamás de los jamases deberían ponerse la zamarra malaguista. Brandon, Kevin, Antoñín, Cufré, Víctor Gómez, Sekou, Paulino, Hicham todos esos deberían salir ya por la puerta de atrás de La Rosaleda. Que se borrén los cromos con sus caras y si tenemos mano que no aparezcan en las páginas de estadísticas de la liga ni nada de eso. Han sido una auténtica vergüenza para los que se sienten malaguistas. Además por sus rendimientos y por su calidad otros también tendrían que salir, son pocos los que se salvan de una quema que ríete tu de la noche de San Juan. 

Estoy escribiendo esto y mientras que me van surgiendo ideas en varias ocasiones he estado tentado a no ser tan duro, me duele tener que escribir todo esto sobre una persona que estoy seguro que quería lo mejor para el club, una persona que se ha partido el pecho por este escudo y que lo daría todo por acertar y que saliese bien. Pero no se trata de eso. A mí también me gustaría llevar una comparsa al Falla y ni tengo el arte que hay que tener, ni canto como hay que cantar, ni escribo como hay que escribir y si la llevase el babuchazo que me iba a llevar sería gordo y si encima monto en mi barco a mis amigos y los llevo a vivir lo que sería un ridículo espantoso seguro pues ya esta dicho todo. Manolo Gaspar no debería ser la persona que gestione la temporada próxima del Málaga CF.

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