Los beneficios de la medicina deportiva: ¿cuáles son las lesiones más comunes?

Repasamos las principales dolencias y los riesgos que sufren los deportistas enfocados al mundo del fútbol y del atletismo

Las lesiones están a la orden del día en el mundo del deporte. A veces son inevitables, pero también se pueden prevenir en otros casos. Dependiendo de la materia deportiva de la que se trate, son unas zonas u otras las que se ven más afectadas, y eso es lo que vamos a tratar a continuación, empezando por un mundo del fútbol en el que cada vez son más frecuentes no solo las dolencias, sino las recaídas en esas lesiones con el paso del tiempo. El Málaga se está viendo azotado por las bajas, y algunas de las seis que tiene Sergio Pellicer encima de la mesa actualmente tienen que ver con las lesiones que vamos a desgranar.

El deporte rey es el que causa más problemas físicos por la complejidad de sus movimientos y, por ello, es necesario acudir a las clínicas y ponerse en manos de especialistas médicos en tratar lesiones deportivas. El famoso ligamento cruzado anterior, cuya rotura suele conllevar un proceso de recuperación de cinco a seis meses, es una parte fundamental de la rodilla que contribuye a estabilizarla y evitar que se desplace hacia adelante. Es usual que los futbolistas tengan algún daño en esta estructura por los movimientos complejos que realizan durante un juego. Esta afección requiere cirugía para reparar el daño, conservar la función articular y volver al deporte.

Las rodillas son los engranajes que permiten nuestro movimiento. En este sentido, la rotura del ligamento lateral interno se puede desgarrar o romper cuando la articulación sufre un movimiento forzado hacia adentro. Es común que aparezca al recibir un impacto -patada, golpe, contusión con el balón- en la cara interna del tobillo o en la cara externa de la rodilla. Los plazos de recuperación suelen ocupar de media de entre dos a seis semanas, dependiendo del grado de lesión. Por otro lado, los meniscos son unos cartílagos con tendencia a dañarse debido a los cambios de dirección en las carreras. Existen varios tipos de alteraciones de este tipo, pero los desgarros y las roturas son los principales en los deportistas, con unos plazos máximos de un mes y medio de rehabilitación para recuperar el movimiento completo en el caso de que no haya habido cirugía.

Estos son las principales dolencias que sufren los futbolistas, pero también existen otros problemas de menor importancia, pero que achacan con más frecuencia a las personas que practican esta materia. Es el caso del daño en el cartílago de la rodilla, el deterioro en la cadera, los esguinces de tobillo o las lesiones en los isquiotibiales, como le ocurre al jugador del Málaga CF Hicham Boussefiane, que ha vuelto a caer lesionado en los últimos días por una lesión de grado I-II de este tipo y que le lleva castigando desde el principio de la actual temporada.

Además, aunque correr se ha convertido en una de las actividades deportivas más practicadas en España (están claros los beneficios que se obtienen con el running), también es cierto que pueden producirse lesiones con su práctica, principalmente aquellas que afectan al tren inferior. Algunos factores que aumentan el riesgo de lesión en el atletismo son la falta de fuerza y flexibilidad, los entrenamientos excesivos, el sobrepeso y la obesidad, la coordinación intermuscular deficiente, las superficies irregulares en las que se practica, el uso de calzado inadecuado y la falta de hidratación adecuada.

En otro orden de cosas, un buen acondicionamiento físico y el entrenamiento adecuado se antojan fundamentales para reducir los factores de riesgo. Todo ello es indispensable para disfrutar realmente de tu deporte, con el beneficio adicional de conseguir los resultados deseados en el menor tiempo posible, a la vez que cuidas de la integridad de tu cuerpo, reduciendo el riesgo de lesionarte. En el amplio grupo de lesiones musculares se incluyen diversas afecciones como calambres, contracturas, elongaciones, desgarros y rotura de fibras musculares. Generalmente son causadas por calentamiento insuficiente, esfuerzo excesivo, movimientos bruscos o defectuosos, descoordinación muscular, malas posturas, deshidratación o por la recuperación incompleta de una lesión previa. La medicina deportiva se presenta como la mejor opción para garantizar que la práctica deportiva sea segura y efectiva, tras establecer entrenamientos personalizado que se ajusten a las características individuales de cada deportista.

Redacción

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