La cueva de Alí Babá y no sé cuántos supuestos ladrones

La investigación policial del caso de la publicidad de BlueBay no deja de sorprender. Bucear entre los casi 100 folios de los que consta te permite comprobar como esa teoría de algunos basada en que desde el interior del club había quienes estaban dispuestos a hacer la guerra por su cuenta aunque eso significase saltarse los escalafones de mando y con ello las peticiones del dueño de la entidad tiene bastante más de realidad que de una teoría.

En la práctica, Jofre queda señalado hasta el punto en el que su comportamiento en este caso deja muchas dudas sobre su obligado compromiso de defender a la empresa para la que trabaja. No es ya solo no hacer caso a las peticiones reiteradas por su jefe de cobrar la presunta deuda contraída por BlueBay, es que incluso antes de esas exigencias ya había pedido a la parte contraria su colaboración para incluir, supuestamente, una explicación dentro del contrato, a modo de anexo, para justificar la falta del pago, modificando, además supuestamente las fechas de la creación y firma del mismo.

El enemigo en casa. Parece que todos los que han ido pasando por las oficinas del club y que han tenido mando en plaza han terminado dando la espalda a su jefe. Las investigaciones que está realizando el administrador judicial ordenadas por el juzgado dejan en muy mal lugar a muchos de ellos, señalándolos como responsables, en algunos casos directos, de posibles irregularidades en la entidad en estos años. Son pocos los nombres que se salvan de la quema y no es descartable que en investigaciones posteriores se amplíe una nómina de presuntos que comienza a dar mucha vergüenza.

Que Al-Thani ha sido y es una rémora para el club es algo más que probado, precisamente una de las pruebas de ello ha sido como se ha rodeado de ciertos hombres de confianza que han faltado a la mínima ética profesional. Asesores, directores deportivos, jefes de negociado, directores generales … un largo número de trabajadores que, bajo el paraguas de la desidia y falta de control del jefe, se creyeron capaces de hacer del Málaga CF SAD su cortijo.

Una viña sin amo que se ha convertido en la cueva de Alí Babá y no sé sabe cuántos ladrones. La justicia dirá cuantos fueron, de momento las dudas se ciernen sobre muchos nombres propios que, eso sí, jamás debieron poner un pie en las oficinas de un templo como La Rosaleda, mancillado por unos personajes que no han hecho justicia a un club al que han maltratado y del que, con todas las presunciones de inocencia encima de la mesa, se han aprovechado.

Por último, está el papel de BlueBay en todo esto. Hay que entender que los intereses del grupo hotelero por el Málaga CF son meramente mercantilistas. Sólo el hecho de hacerse con el control de otra empresa por la módica cifra de 98 céntimos ya te escama mucho, pero hay que entenderlos. Los escrúpulos y los negocios están demasiado peleados como para confiar en el primer inversor que pase por la Avenida de Martiricos. Si Fernando Sanz vendió el club que había defendido sobre el terreno de juego con sangre sudor y lágrimas al primero que puso sobre la mesa los ceros necesarios para cubrir sus pretensiones económicas sin mirar mucho más en manos de quien dejaba la empresa, imaginaros lo que son capaces de hacer los que no han defendido la blanquiazul en su vida.

No es defender a Bluebay, que para eso ya tiene a sus habituales, se trata precisamente de todo lo contrario, explicar quién es cada uno de los personajes de esta trama que la coge Neflix y la hace serie de culto, en la que habría de todo. Muertes, engaño, falsificaciones, ricos, pobres y sexo, si, mucho sexo porque a los malaguistas nos están dando unos años de sodomía muy por encima de los más tórridos pasajes del cine de pelos.

No podemos creer en alguien que ha sido capaz de hacer las cosas que están saliendo. Además, si son capaces de explicar a un trabajador del club como deben supuestamente no tener que pagar lo pactado y pretender detener una investigación policial con una reunión o una llamada de teléfono, mucha confianza tampoco dan y me dejan unas últimas incógnitas

¿Qué pasaría si el juicio por las acciones de NAS Spain comenzase ahora con todo lo que sabemos y se ha sacado de esas oficinas? ¿Pueden en verdad los propios trabajadores, como mantiene Al Thani, haberle engañado para vender su parte de la empresa a otra por el precio de 1 euro? ¿No creéis que quienes supuestamente han convencido a trabajadores del club para engañar a su jefe pudieron hacer lo mismo más veces? No sé, a mí me escama todo esto y eso que estoy de vacaciones.

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