¿Hay posibilidades de que el Málaga realice un ERTE en la plantilla?
La situación para las entidades deportivas es crítica por el impacto del coronavirus: ¿afectará al Málaga?
La crisis del coronavirus afectará especialmente al deporte, que estará parado por completo de manera indefinida, y ello repercutirá en los ingresos de las federaciones, organizaciones y clubes. En Segunda División, con tres cuartos de temporada ya disputados, todo apunta a que los presupuestos para la próxima campaña disminuirá alrededor de un 25%. Por ello, la economía del Málaga, que este curso ha contado con unos diez millones de euros de tope salarial, podría verse radicalmente reducida, a la espera de conocer si el equipo, cuando se reanude el fútbol, consigue dar la sorpresa con un hipotético ascenso o se complica con el descenso a Segunda División B.
LaLiga planea reanudar la competición de Segunda División en mayo, y podría organizar encuentros entre semana para ganar tiempo y acabar el curso lo antes posible, con vistas a un verano que se espera la mar de agitado. Además, en el caso de que se alargue más allá de julio, los clubes se verán obligados a prolongar el contrato de aquellos jugadores que finalicen contrato el 30 de junio. Porque, eso sí, se descarta la opción de que se suspenda de forma definitiva, aunque habrá modificaciones muy importantes.
De momento, algunos equipos están deslizando la posibilidad de realizar un ERTE en las primeras plantillas, que son las que cuentan con un mayor gasto salarial para los clubes. Pero, ¿qué es un ERTE? Son los expedientes de regulación temporal de empleo y que están afectando a muchísimos trabajadores de toda España. Al estar parado todo, los ingresos por asistencia al estadio, reparto de televisión y publicidad propia del Málaga sufrirán un recorte importante, y los futbolistas podrían ser los que más paguen estas circunstancias. Aunque en los aledaños de La Rosaleda, por ahora, no se maneja esta vía.
El célebre economista Gay de Liébana lo explicó así en una entrevista a la ‘EFE’: «Si no hay competiciones, el patrocinador puede argumentar que no tiene visibilidad, y es comprensible, porque tendrá todo el derecho a no pagar, igual que el socio. Si esto se alarga, es normal que haya una serie de replanteamientos y los jugadores tendrían que hacer un esfuerzo. Actualmente, solo se ha suspendido una jornada. Ahora el momento es grave, pero no gravísimo. Pero si dentro de dos semanas seguimos igual, que da esta impresión, porque esto no se normalizará hasta septiembre, todo el mundo tendrá que sacrificarse».