Un Málaga calamitoso y el sufrimiento por condena

El Extremadura puso contra las cuerdas a los de Pellicer y amenazó con llevarse un premio mayor al empate de La Rosaleda

No hay manera. El Málaga no fue capaz de sumar su primera victoria posconfinamiento ante el Extremadura, un rival que lo tumbó en la lona durante muchas fases del segundo tiempo, coincidiendo con la parte en la que el equipo de Pellicer más justo estaba en el aspecto físico. Suspenso para Pellicer, que no administró bien sus cambios, aunque el nivel de la plantilla quedó en evidencia una vez más cuando Luis Muñoz sufrió molestias y dejó en cuero el centro del campo con su salida. La baja de Keidi Bare, como era de prever, se notó.

La agonía por la permanencia obligaba a ganar a ambos equipos. Una parte para cada uno. El Málaga encabezó el dominio del partido durante los 45 minutos iniciales gracias al liderazgo de Juanpi, brillante hasta lo que le dieron las piernas. Los extremos también funcionaron: Tete Morente se hartó de ayudar y de correr de un lado a otro, mientras que Hicham aportó la electricidad necesaria para volver loca a la defensa del Extremadura. Pero muchos jugadores siguen sin estar como deben en lo físico, es el caso de Ismael Casas, Adrián o Sadiku.

Luis Muñoz fue la escoba a la que nos ha acostumbrado. Su sustitución en el minuto 59 marcó un antes y un después en el partido, ya que el Málaga decayó y Boulahroud no pudo sostener la sala de máquinas junto a un Adrián muy mermado y ante un Extremadura de Manuel Mosquera muy entero. Al descanso, los blanquiazules se fueron con ventaja por el gol de Sadiku tras una gran acción individual de Tete, que dio su primera asistencia. Se mantuvieron los de Pellicer arriba con la calidad de Juanpi, cerebro y director del ataque. Sin embargo, el Extremadura, con escasas pinceladas, daba muestras de peligro. El extremo Nono se salió y señaló de nuevo que a Ismael le queda mucho que madurar.

La igualdad reinó tras el paso por vestuarios. Y ahí fue donde el Extremadura comenzó a ganar terreno, maniatando al Málaga y haciéndose con el centro del campo mediante el poderío físico de Lomotey y de Gio Zarfino. Precisamente, este último fue el autor del empate. Una acción que puso en el punto de mira a Adrián por su nefasta marca defensiva sobre el uruguayo, que le ganó la partida aérea en un envío a balón parado desde el costado derecho del ataque visitante. El gol sentó horrible al Málaga, lleno de dudas; Munir empezó a errar en algunas salidas y la defensa cada vez se ponía más nerviosa. En definitiva, un cúmulo de calamidades.

Pellicer no acertó con las sustituciones. Renato Santos entró por Hicham, que no llegaba ya a las ayudas a su lateral. Pero el portugués, una vez más, estuvo muy timorato y estéril en un ataque que requería de velocidad y desborde. Boulahroud hizo lo que pudo dentro de un barco que hacía aguas por todas partes. Buenacasa, ni fu ni fa, sustituyó a Sadiku, que estaba con la lengua fuera, aunque fue nada determinante. La nota positiva de los cambios, el regreso al terreno de juego de Luis Hernández, que gozó de los minutos finales en un Málaga con un esquema incomprensible de cinco defensas.

El Extremadura fue el que más cerca se quedó del triunfo. Tres puntos que ninguno consigue, pero que dejan más tocado a un Málaga deslavazado que, por el mal atino de sus rivales de abajo, se mantiene fuera del verdadero peligro. Pero las llamas del descenso se empiezan a oler. Ni en La Rosaleda pudo ser, ni con Juanpi en su mejor día… A esperar al martes (19:30 horas), donde el conjunto de Pellicer se la vuelve a jugar ante un equipo en la misma lucha, el Club Deportivo Lugo.

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