Sin reacción en la pista… y menos en el banquillo

El Unicaja comenzó la Liga Endesa de la peor manera posible, y no por perder el partido ante el Joventut en Badalona. Perder no es algo sorpresivo, ya que el equipo catalán este año se reforzó de manera notable para bien de ellos, si no por cómo se pierde. El Unicaja mantuvo el tipo en la primera parte. El partido no había entrado aún en esa exigencia física y, hasta ese momento, se mantenía en el marcador incluso con algunas ventajas en él. Pero el tercer cuarto, sobre todo el último, sí requirió de ese plus físico y es donde el equipo claudicó.

La Penya nos dobló en el rebote, algo que se quiere achacar a los pivots, que en gran parte es responsabilidad suya, pero no toda pues Ferrán Bassas es el base del equipo y fue el máximo reboteador del partido. Para correr y hacer transiciones rápidas como quiere Luis Casimiro, antes hay que cerrar el rebote y desde ese momento iniciar ese ataque, sin rebotes no hay contragolpes y estos aspectos no caen del cielo. Hay que entrenarlo, para coger mas rebotes que el rival no basta con ser mas alto, mas importante es cerrarlo y proteger tu aro. Pero eso no se hizo y La Penya fue a su anchas por la zona, y lo que es mas preocupante, se comió físicamente al equipo malagueño en el ultimo cuarto, donde no hubo reacción en pista… y menos en el banquillo.

Hay jugadores que no están, pero no de este año, de años atrás y se les sigue dando bola. Aunque el máximo responsable de esta nefasta pretemporada y del partido es Luis Casimiro. El equipo se ha confeccionado a su gusto, no ha querido un center, le valía lo que tenía, con un Thompson que no es cinco, un Gerun que da lo justo -cuando lo da- y de un Rubén Guerrero que ahora parece haberle retirado su confianza. Será porque el gigante verde no corre tanto para este tipo de juego que quiere implantar ahora y los otros dos si. Este año hay base director con Mekel, y el entrenador quiere correr. El año pasado no estaba Mekel y el juego era mas estático y de posesión, pues otra cosa no, pero estas alteraciones del sistema de juego lo único que hace es crear desconfianza en los jugadores y que no tengan claro a donde quiere ir el ‘coach’.

En Badalona se le han visto las costuras a este Unicaja, con un entrenador que aún no ha dado con la tecla para hacerlos jugar y sobre todo para proteger el aro. Calendario complicado con Barcelona, Andorra, Valencia, Manresa o los equipos isleños. Demasiada tralla contra unos equipos hechos, equilibrados y que saben a lo que juegan. O Casimiro toca la tecla correcta o, antes de llegar a noviembre, el Unicaja puede haber tirado la Copa del Rey de 2021.

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