José Alberto y sus primeras dudas… Lo que faltaba

José Alberto ha sido capaz de convencer a fuerza de una apuesta valiente a muchos de los que eran escépticos ante su llegada por su escaso bagaje, su falta de éxitos deportivos y su perfil bajo. Pero ahora ha comenzado una corriente de críticas hacia el asturiano que parece haber abierto una brecha en el idilio inicial con el entrenador recién llegado. Sus intenciones de conseguir buenos resultados con un importante cambio de planteamiento ante la pesadez y aburrimiento generalizado producido por la propuesta del anterior inquilino del banquillo han hecho olvidar rápidamente el año anterior. Pero una brisa con olor a miedo a perder parece haberse apoderado de ese espíritu alegre y valiente que puso de manifiesto en los primeros partidos de liga. Es como si el fantasma del año pasado se adueñase por momentos de él, como si tuviera miedo a que los malos resultados de fuera de casa le influyan en su relación con la afición y aparezcan las críticas.

Decía Martínez Ares que un hombre cobarde no conquistaba mujer bonita. La única versión que me gusta de José Alberto es la casa y con la que arrancó la temporada fuera de Málaga. La de ahora lejos de La Rosaleda me parece más de lo mismo y para eso no necesitábamos un entrenador que llega con un contrato de dos temporadas. Después de un año en el que el Málaga cumplió el objetivo a base de un bloque bajo, una defensa posicional y un repliegue intensivo tras gol a favor se espera mucho más de este proyecto. Si José Alberto pretende contentar a todos debe saber que es una tarea complicada. Nos ha mostrado un Málaga alegre y divertido, protagonista y ambicioso, ahora no puede pretender que le soportemos un cambio de rumbo que tampoco garantiza resultados. Pellicer no engañaba a nadie, sabíamos lo que ofrecía y lo aceptamos como tal, a regañadientes y con el aburrimiento que conllevaba su propuesta. Lo que no puede hacer el técnico asturiano es habernos enseñado a comer jamón de pata negra de Gómez del Pozo y ahora querer que nos guste el jamón cocido de oferta.

Desconozco cuál es el verdadero motivo de ese cambio de propuesta. No sé si será fruto del miedo al fracaso, si nos han tomado la matrícula y ya no podemos jugar a lo que sabíamos o simplemente es porque no hay más, pero el caso es que la actual versión del Málaga CF, especialmente lejos de casa, me preocupa mucho.

La otra cosa que tampoco me termina de convencer y que me ha hecho perder mucha de la credibilidad que me daba el entrenador malaguista es su falta de rigor a la hora de afrontar la toma de decisiones. La apuesta por determinados jugadores por encima de otros y la caprichosa presencia en los partidos de algunos de ellos deja muchas incógnitas sobre si la afinidad del técnico con varios futbolistas tiene más que ver con los minutos de juego y las titularidades que las verdaderas necesidades del equipo. El tiempo le dará o le quitará la razón, pero me da mucha pena empezar a dudar de un entrenador que me ha ilusionado. Ojalá un retorno al origen.

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