Entrevista a Carlos Cabezas: «Nuestro Campeonato del Mundo júnior significó un cambio generacional»

El ya exjugador y excajista ha pasado por Frecuencia Malaguista para analizar su trayectoria y contarnos sobre su futuro

El mítico jugador, Carlos Cabezas, está viviendo unos meses muy intensos. Comunicó el pasado agosto su retirada definitiva de las canchas, pero se despidió antes en un partido con el equipo de su vida, que tuvo lugar en septiembre durante la pretemporada ante el Real Madrid en el Torneo Costa del Sol. Por último, su historia baloncestística se cerró en lo alto del Martín Carpena. Octubre llegó cargado de emociones y terminó con la retirada del número de Cabezas en el club cajista, el «10», junto con el de su compañero Berni Rodríguez, el «5».

Para comenzar habla del que fue su último partido, Unicaja- Real Madrid: «Estaba mentalizado con que ese partido iba a ser el último a nivel profesional y ahora estoy aterrizando un poco de todos estos homenajes, de todos los premios que estoy recibiendo, disfrutando mucho con los amigos, con la familia…».

El día que se retiró la camiseta de Carlos Cabezas en el Carpena aparentemente lo vimos más emocionado que con ese último partido. El exjugador comenta que se emocionó más en el homenaje porque «había mucha más gente, más público, ver a mi sobrino darle a ese botón, los vídeos… Muchos momentos inolvidables». Por esta parte, por fin se hace justicia y se cuelga su camiseta en el Carpena después de todo lo que hizo por Unicaja. Cabezas explica que primero era necesario su retirada de las pistas: «Cuando Berni se retiró fue cuándo le hicieron el homenaje. Una vez que se lo hicieron a él mi ilusión era poder estar también acompañándolo ahí. Al poco tiempo de anunciar mi despedida, con el cambio de directiva y de nuevo presidente, me ofrecieron la posibilidad de jugar el último partido vestido de verde y después retirar el número 10», añade.

Para el exbase este hecho ha significado «un sueño hecho realidad de cuando eres niño». Asegura que Unicaja para él significa muchísimo, «es el equipo de mi vida, lo he llevado siempre en el corazón y que hoy esté mi camiseta en el Martín Carpena acompañando a la de Berni es un orgullo enorme».

Es innegable la importancia de Cabezas para el deporte malagueño, formando parte de la mejor generación en cuanto a nivel de baloncesto en España, existiendo claramente una gran dificultad para que esto se repita. Tras agradecer las palabras, el excajista reconoce: «Hablar de mí a veces me cuesta. Intento transmitir a los más jóvenes que con trabajo e ilusión, y también un factor de suerte, una oportunidad, todo se puede conseguir. Yo vengo de la generación del 80 del baloncesto español, donde jugaban auténticos cracks. Desde muy pequeños empezamos a ganar títulos tanto con Unicaja como con la selección española en las categorías inferiores, conseguir nuestro Campeonato del Mundo júnior en Lisboa fue un bálsamo para todos nosotros. Fue un cambio generacional y yo creo que fue una etapa donde todos nosotros crecimos y a partir de ahí fue donde nos tuvimos que buscar todos la vida a nivel profesional». Además, subraya que en su caso lo único que quiere es respeto como persona y que les llegue a los más pequeños sus valores como jugador.

Asiente sobre la importancia que tuvo que apostasen por él: «Como ya he dicho yo creo que nuestro Mundial del 99 nos hizo muchísimo bien, cambió esa imagen de que España no podía ganar a Estados Unidos. Nosotros con 18 años lo conseguimos y eso fue una parte muy importante». En cuanto al insuficiente apoyo del club cajista a la cantera destaca que: «Ahora es verdad que no es fácil, de muchas generaciones suben muy poquitos o ninguno. A los entrenadores a veces les cuesta que los clubs den a los jugadores esa oportunidad, por eso siempre valoro que Bona Maljkovic, siendo uno de los mejores entrenadores de Europa en ese momento, tuviese la valentía de darnos esa oportunidad tanto a Germán, a Berni y a mí para debutar esos años con Unicaja. Yo creo que la base, la identificación para los clubs es importantísimo. Ahora Unicaja tiene por ejemplo a Alberto Díaz. En esos tiempos todos en la ciudad nos conocían a los tres que debutamos, no solo por el baloncesto, sino también por todas las cosas que Unicaja hacía a nivel social, que yo creo que eso es importantísimo». Para él, la identificación de los jugadores y el club con el público es algo muy importante: «Para mí poder jugar con el Carpena lleno, con todo lo que anima esa afición… Es algo muy emocionante. Poquito a poco tenemos que recuperar eso».

Cabezas reconoce que «sí hubo» posibilidad de regresar a Unicaja después de su salida: «Hubo siempre mucho coqueteo después de mi vuelta del Khimki, se especuló mucho con mi vuelta en varias temporadas, aunque al final por una cosa u otra no se terminó de cerrar. A día de hoy lo tengo como punto y a parte». Continua diciendo que siempre ha estado abierto «a volver a casa» después de su experiencia en Rusia, pero que mientras se decidía tuvo que seguir su carrera: «He estado en sitios fabulosos, en ciudades… Lo he pasado muy bien y he cumplido también bonitos objetivos«.

Tras dudar sobre cuál fue el mejor momento en toda su carrera profesional aclara: «Bueno, hay diferentes etapas, pero voy a decir el año 99 cuando ganamos el mundial, yo creo que eso fue un éxito brutal a nivel nacional, y después me quedo con el año 2006 cuando gané La Liga con el Unicaja de Málaga y después soy Campeón del Mundo. Es por esto que el 2006 está grabado a fuego para mí. También han habido muchos otros momentos, muchas etapas, en el 99 damos un salto ya de ser niños a ser jugadores profesionales y en ese año 2006 un poco la constatación de conseguir un título como la Liga ACB con el equipo de tu ciudad, es algo inolvidable», repite. «Y a posteriori pues conseguir también el Mundial en septiembre, fue un sueño», añade finalmente.

Explica de nuevo que actualmente está «aterrizando», su último mes y medio «ha sido una auténtica locura». A pesar de esto deja claro que también está «disfrutando muchísimo» por todos los reconocimientos que se le están dando y por todas la visitas de amigos que está teniendo. «Aparte de tener mi negocio, como sabéis, también espero en breve poder aportar mi granito de arena a Unicaja», nos adelanta.

Por otra parte, y haciendo referencia a esto último, sobre cuál le gustaría que fuese su papel dentro del organigrama del club costasoleño: «A mí me gusta mucho el tema social», explicaba el exjugador, que deja abierta la puerta a un futuro como técnico: «Ahora mismo el tema de ser entrenador lo tengo un poco más apartado». Comentaban los presentes que no sería mal entrenador y el propio Cabezas reconocía entre bromas: «no he tenido malos entrenadores, la verdad que no».

Continúa respondiendo que le gustaría hacer cosas en Marbella, donde ha vivido muchos años. Sin embargo, destaca: «pronto sabremos alguna cosita que os pueda contar más claro».

Responde a que lo aprendido en el baloncesto le sirve totalmente en su nueva vida empresarial, para él «tanto el deporte como la vida laboral y la vida cotidiana es el trabajo y la ilusión que tengas en lo que te gusta o en lo que estás trabajando. Al final prácticamente todo es ‘equipo’, hay que tener muy definido los roles».

Tras sincerarse y pensar en el jugador con el que se ha enfrentado y que más le ha impresionado responde: «Compañeros he tenido muchísimos al lado que he disfrutado pero desde que soy muy pequeño y le he visto hacer cosas increíbles es a la bomba Navarro, quizá por su físico y por lo joven que nos hemos conocido. Y sabemos todo lo que significa Pau, es el mejor para mí en toda la historia por todo lo que ha conseguido y también como persona, pero Juan que yo creo que tiene ese desparpajo y también yo creo que verlo con 13-14 años hacer esa bomba y meter 30 puntos por partido con una facilidad tremenda, con el físico que tenía para mi era algo sorprendente», tras hablar sobre la bomba añade a Raúl López también destacable.

«Siempre me he fijado mucho en los jugadores que jugaban obviamente en mi posición como es el caso de Jasikevicius. Siempre he admirado mucho a Djordjevic y a Elmer Bennett, me volvían loco cuando jugaba en el Tau, aunque me pude vengar cuando fui un poquito más mayor y me pillaron en la Penya.

Cabezas explica que jugar en la NBA «estuvo muy cerca» para él. «Estuvimos reunidos con los agentes de Orlando Magic», pero recalca que finalmente se decantó por los rusos, «porque era un contrato garantizado, además estaba Scariolo detrás», continuaba diciendo que se encontraba en un momento de su carrera en el cual se «tenía que asegurar esos dos años». Sin embargo, con la perspectiva actual reconoce «sí me hubiese gustado probar. He visto a todos los jugadores que han sido bases allí empezando por Calderon, Raúl López, Ricky Rubio, el Chacho… Todos han hecho carreras allí. Ahora me pregunto por qué yo no hubiese podido vivir esa experiencia». Asume que es una consecuencia de la decisión tomada en aquel entonces, aunque aclara «sí estuve entrenando con varias franquicias allí, pero ya no se dio».

Hilando con los Juegos Olímpicos confiesa que la cita en la que más le dolió no estar fue en la que Jaume Comas fue elegido en su lugar, porque explica que fue un momento en el que «yo estaba fenomenal, estaba siempre ahí en la selección y quedarte fuera en unos Juegos Olímpicos escuece». Aún así, es normal encontrarse en el deporte con piedras en el camino, esto le servía de motivación para poder ir el siguiente año, prosigue diciendo, y en tono optimista subraya que el mundial de 2006 «le curó».

Sobre la temporada que está haciendo Unicaja declara: «No empezaron mal, en Champions están cumpliendo los objetivos y en Liga venimos de cuatro derrotas consecutivas. El partido de Vitoria era un buen momento para dar un salto de calidad, y ahora que recibimos al Burgos y al Fuenlabrada podemos intentar meternos de nuevo en la lucha por el primer objetivo, que como dijo el presidente es estar en la Copa del Rey. Hay dos partidos claves, apesar en el del Burgos y a sacarlo como sea porque la verdad que han empezado un poquito irregulares en la Liga. Vamos a tener fe. Estamos viendo a los jugadores de Unicaja muy comprometidos y el grupo es muy bueno, quizá faltan esas dos o tres victorias consecutivas para coger esa inercia y confianza para estar un poco entre los ocho primeros, que es el objetivo que se había marcado el club».

Reitera su confianza en la plantilla. «Confío mucho en la posición de base-alero, que tiene muchas alternativas. Jaime ha empezado muy bien, yo creo que él tiene que estar, cuando está bien el equipo juega a lo que él quiere». Lo compara con Darío Brizuela «son jugadores quizá parecidos que necesitan esa dinámica de querer anotar, pero son los dos grandísimos jugadores». También tiene unas palabras sobre Yannick Nzosa: «A ver si se sigue enganchando. Ha tenido un verano difícil con la lesión, necesitamos esa energía y esa capacidad que tiene atlética para poder sumar y verlo más suelto». Repite que hay que esperar, «si se ganan dos o tres partidos la cosa cambia».

El exjugador ha conseguido mantenerse 20 años en la élite deportiva, ¿cómo lo ha conseguido? «Lo he conseguido con sacrificio, cuidándome mucho en los momentos de verano, con preparadores físicos, con la alimentación… No haber tenido una lesión grave importantísimo, por suerte he tenido dos chorradas«. También, «tener el fuego y la ilusión de competir y saber adaptarme a los sitios donde he estado y que a lo mejor no imaginé que iba a ir», añade.

Explica que el país que más le sorprendió cuando vivió allí fue Venezuela. «A pesar de cómo está la situación allí el equipo de guaros y su presidente nos trataron muy bien. Era un gran equipo que ha sido campeón tres o cuatro veces de la liga sudamericana y de la Liga de las Américas. Nunca me imaginé que en esa experiencia iba a estar tan agusto y tan bien. Además, jugar en esos pabellones tan bonitos…». Reconoce: «He sido un disfruton, me ha gustado siempre ir a restaurantes, salir, estar con mis amigos… Pero no tan tonto, por decirlo así, de estar en un sitio como Caracas e irme por ahí yo solo».

Garantiza que está «más metido que nunca» en seguir la competición liguera. «Ahora que tengo tiempo y estoy más vinculado la sigo más de cerca».

Por otra parte, han sido muchas las magníficas intervenciones de Cabezas, sobre cual destacó él argumenta: «He tenido varias canastas buenas con Unicaja, recuerdo una contra el Barça que forzó la prórroga, una que le meto a Germán Gabriel con el Estudiantes por detrás del tablero. Esa fue un canastón, algo inverosímil. Recuerdo también con mucho cariño y a la vez con tristeza de la Final Four cuando me meten el dedo en el ojo contra el CSKA. Tengo esa imagen grabada. El partido con Iñaqui de Miguel. Perdíamos y no había forma de darle vuelta, el Carpena se transforma y ganamos ese partido.»

En segundo lugar se le pidió que destacase un encuentro importante para el exjugador. «Con partido me quedo el que ganamos que hacía que nos metiésemos octavos, en el que eliminamos al Madrid. Nos favorecía que esa eliminatoria fuese a tres partidos y dimos la sorpresa eliminando a un Madrid que era candidato».

Para terminar esta ronda de elecciones, se le preguntó por su técnico favorito: El entrenador que más le marcó en lo positivo declara que fue Bozidar: «Me pilló en una época un poco de niño que me lleva a ser adulto y donde me marca un poco la disciplina balcánica. Jugabas un partido bien y al día siguiente te castigaba y no jugabas. Te quedabas en casa medio llorando diciendo: ‘macho, qué es lo que he hecho’, te volvías loco», explicaba entre risas. «Recuerdo una frase muy mítica de él, que se me ha quedado que decía: ‘Carlos tú vas a jugar muchos años en Málaga, lo tienes en el corazón, si te tiras de cabeza el Martín Carpena va a disfrutar mucho contigo’.«, imitaba con el acento del croata. «Yo tenía una conexión muy especial con el Carpena, con Los Mijitas y mi carácter lo marco también un poco este técnico, era mi manera de ser que salía en los momentos importes». No se olvida de mencionar a Scariolo: «Aparte de que he trabajado con él seis años, tanto en la selección ,como en Unicaja en los años más importantes del club y en Rusia. Es un entrenador que me coge en una etapa de madurez, quizá en uno de mis mejores momentos, y que a nivel personal tenemos una relación muy bonita».

Redacción

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