El Elche devuelve al Málaga a su gris realidad
Los malaguistas acabaron perdiendo un partido en el que dispusieron de alguna oportunidad ante un equipo que se jugaba mucho más (2-0)
El Málaga jugó su último partido lejos de La Rosaleda mostrando su habitual cara como visitante: compite, pero sin resultado. La ausencia de un lateral zurdo la resolvió Sergio Pellicer colocando a Jokin Gabilondo a banda cambiada, manteniendo la línea de tres centrales y con Cordero en el costado derecho. Estaba previsto que la posesión fuese para los jugadores de Eder Sarabia, y así fue. El Málaga esperó atrás los errores del rival, pero en los primeros 45 minutos no realizó ni un solo disparo a puerta, mientras que el arreón inicial del Elche se concretó con un disparo de Óscar Plano que golpeó en ambos postes y salió fuera, con mucha fortuna para los malaguistas.
Tras el descanso, las cosas no variaron demasiado. Un Málaga esperando y un Elche con poca capacidad de creación. El cambio en el partido solo llegó tras las sustituciones. Sarabia movió ficha para colocar a dos delanteros, mientras que Pellicer sustituyó a Álex Pastor, uno de los más acertados del encuentro, e introdujo en el campo a Einar Galilea. Además, quitó a Manu Molina, el único que aportaba algo de criterio en las posesiones malaguistas, para dar entrada a Izan Merino. El plan ilicitano funcionó mejor: Josan colocó un centro medido a la cabeza de Sory Kaba, quien abrió el marcador. El balón lo había perdido Lobete, que minutos antes dispuso de un mano a mano que repelió el meta argentino Dituro.
No hubo reacción por parte del Málaga, mientras que, al trantrán, el equipo que más se jugaba acabó llevándose los tres puntos. El duelo concluyó 2-0 tras un tanto de Mourad en el añadido, después de que su disparo rebotase en Murillo.
El sábado a las 18:30, el Málaga recibirá en La Rosaleda al Burgos, en un partido en el que ninguno de los dos contendientes se juega más que el honor y una cantidad concreta de dinero por los derechos televisivos. Un encuentro que servirá para despedir la temporada con el objetivo cumplido y, quién sabe, si con muchas despedidas por el lado blanquiazul.