Caramelos envenenados de Borja Bastón en el Carlos Tartiere

El Málaga cae en el Carlos Tartiere con una pobre imagen tras los dos goles del exmalaguista Borja Bastón

El Málaga se encontró caramelos envenenados en el Carlos Tartiere. El equipo malaguista no fue capaz de sumar fuera de casa, en un encuentro que comenzó perdiendo, luego empataría y casi gana, pero en el minuto 90 bajaba a la realidad de la derrota. El equipo de José Alberto sigue sin encontrar la victoria lejos de La Rosaleda, pero tampoco dio sensación de tener un plan claro ni de unas sensaciones positivas. Estuvo cerca de sumar, pero las sensaciones durante casi todos los minutos del partido no fueron para nada buenas.

El once traía consigo el regreso del argentino Pablo Chavarría ocho meses después de su última aparición en un once, cuando se lesionó gravemente. Dejaba a Javi Jiménez en el banco de suplentes para dar entrada a Cufré. Repetía el centro del campo Genaro y Escassi.

El partido comenzó como se esperaba, con el Oviedo claramente jugando su partido. Los locales buscaban balones en largo, que a posteriori les saldría a las mil maravillas. El Málaga se contagió de lo que los ovetenses proponían y no encontraban ocasiones. Paulino lo intentó tras una salida a la contra, en la que recibió el esférico en el círculo central para buscar el disparo que rozó el palo. El Oviedo poco a poco llegaba con más facilidad mediante las prolongaciones en largo. Ambos conjuntos no bajaban la pelota al césped y se jugaba en el cielo de Asturias. Mediante una jugada a balón parado se adelantaría el Real Oviedo. Borja Bastón cumplía con la ley del ex con un remate de cabeza en el segundo palo para adelantar a los locales.

Tras el tanto, el Málaga quería pero no podía. Los ovetenses se replegaron atrás y dejaban menos espacios con el marcador favorable. En la primera parte el cuadro malaguista no conseguía encontrar peligro y ocasiones. Los locales se iban al descanso con la victoria momentánea del Oviedo, en una primera parte con poco juego de peligro. En el descanso, los malaguistas aprovecharían para realizar dos sustituciones con la intención de cambiar el estilo. Chavarría dejaba hueco a Brandon y Jozabed se marchaba por Haitam.

En los primeros compases del segundo tiempo no variaciones muy grandes, con un Málaga perdido en el partido. El Oviedo aguardaba la preciada ventaja, intentando aprovechar cualquier error para cerrar el encuentro. Solo la entrada al campo de Ramón pudo cambiar la forma de juego del equipo malagueño, dando más pausa al equipo. A partir de ahí llegarían los mejores minutos de los visitantes del partido.

En una jugada de estrategia llegaría el tanto del empate. Un centro de Víctor rematado por Genaro, goleador del equipo, daba la vida al equipo de José Alberto. Tras adelantarse, llegarían las mejores sensaciones del Málaga en el partido. El equipo comenzó a ver espacios a través de las bandas, con un gran protagonismo de Haitam o Paulino. El canterano estuvo cerca de calcar el tanto de Ramón la temporada pasada, pero esta vez se estrellaba en el larguero.

Antoñín también tuvo en sus botas el segundo tanto, para adelantar al Málaga en el partido. De nuevo, el palo lo impidió. No se encontró de nuevo la efectividad deseada, con dos remates al palo. Sí que la encontró en el siguiente minuto el equipo ovetense, de nuevo en la figura de Bastón, vestido de líder ante su exequipo. Encontró un espacio dentro del área mientras los defensores malagueños pedían fuera de juego para darle una victoria heroica a un Oviedo que dejó mejor imagen en el partido.

El fútbol se guía por sensaciones y el Málaga hoy no las demostró. El estilo no estuvo claro, el Oviedo utilizó la única carta que sabe usar y dejó una tarde de miedo para el Málaga en la noche de Halloween.

Sergio Ramírez

Estudio Periodismo en la Universidad de Málaga. Comentarista y narrador en SportDirect. (Twitter: @sergioramz_)

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