Partidos todos los días y cinco cambios: la cortina de humo…

A Tebas no hay nadie que le pare los pies y, mientras, los futbolistas no tienen el respaldo de un verdadero sindicato que vele por sus intereses

Habrá fútbol todos los días. Eso ha manifestado el presidente de LaLiga, Javier Tebas, quien además ha asegurado que los jugadores tendrán prácticamente riesgo cero, ya que el coronavirus no se trasmite por el sudor, sino por la saliva. La capacidad de sorprendernos que tiene el máximo dirigente de LaLiga es inversamente proporcional a su empatía. Con jugadores que han dado positivo por COVID-19 en varios equipos de Primera y Segunda División, manifestar que cree que podrá empezarse a jugar el 12 de junio es algo bastante aventurado, más aún sabiendo que esta decisión es absolutamente ajena a la que quiera tomar la LFP, y serán las autoridades sanitarias las que decidan.

Lo ultimo, la salud de los jugadores. Hace mucho tiempo que lo único que importa en el fútbol profesional español es el dinero. El que llega de los patrocinadores, pero, sobre todo, el que llega de las televisiones. Atrás quedan gestos de fuerza y solidaridad del colectivo de jugadores defendiendo sus derechos como trabajadores, ahora pisoteados por el color del dinero.

A Tebas no hay nadie que le pare los pies, los clubes le aman porque les consigue dinero, para muchos de ellos las sobras de los más grandes, pero les da para seguir subsistiendo y tirar para delante con más penas que glorias deportivas, y los jugadores porque no tienen el respaldo de un verdadero sindicato que vele por sus intereses como colectivo. El ejemplo más claro ha sido esta crisis.

Los futbolistas profesionales de Primera y Segunda División, que son la minoría de AFE, han tenido que negociar por su cuenta y riesgo, sin la asistencia jurídica del sindicato, los ERTE de los clubes, las rebajas de sueldos, los compromisos de no cobrar ciertas primas establecidas en el arranque de la temporada, mientras que Aganzo, más pendiente de solucionar su más que cuestionado liderazgo y aferrarse al sillón, les daba la espalda. Sin contar cómo está tratando a los jugadores más humildes, a los que, por esos detalles anteriores y su nula capacidad, tiene abandonados a su suerte.

Tebas, que es muy listo, se ha aprovechado de un moribundo presidente del sindicato de futbolistas para que nadie le rechiste, entre eso y el miedo de los jugadores a despidos o rebajas de salario no les ha quedado más remedio que entrar por todas. Ahora la cosa se llama jugar a los horarios, a los cuadrantes de partidos, a las disparatadas decisiones en materia de programación de las televisiones, mientras que a los jugadores les callamos con la posibilidad de hacer cinco cambios por partido para que no se lesionen, Es la zanahoria delante del pura sangre para que corra más. No vale solo con cinco cambios, no vale con rebajas mínimas en los salarios, el riesgo de la salud es mucho más importante que esta locura de concluir la Liga por los millones de las televisiones.

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