La federación y la obligación de jugar con positivos

El BM Maravillas puede abandonar por culpa de seguir la lógica y los protocolos sanitarios

El club y escuela de balonmano de Benalmádena llamado BM Maravilla es una de las mejores canteras del deporte del cuarenta por veinte en Málaga. Sin ir más lejos, varios han sido los jugadores que han pasado por la élite a nivel nacional tras su paso por la escuela benalmadense. Si la Real Federación Española de Balonmano (RFEBM) tiene algo como objetivo es difundir su deporte y que cada vez más sean los chicos que lo practiquen. No somos como el fútbol o baloncesto, conocido y jugado en todos los países de nuestro planeta.

Si ya es difícil afrontar una temporada como la presente con todas las dificultades económicas y sanitarias, imagínense que no recibe ayudas de su órgano federativo. Lejos de ayudar, lo único que ha demostrado a los clubes de Primera Nacional es un peso definitivo para dejar a la institución al borde del precipicio, como le ocurre al BM Maravilla.

Para ubicar en el contexto a aquellos que no están al tanto con lo ocurrido, el club de nuestra provincia se ha visto incapaz de competir ante el BM Caserio de Ciudad Real al presentar casos positivos en COVID19, además de lesiones y una baja por paternidad en su plantilla. Siguiendo el protocolo sanitario, al cual la federación dice apegarse para garantizar la seguridad de sus jugadores, el club hizo saber que, por bien de evitar el contagio de los jugadores y de los presentes, no se iban a presentar. Días más tardes, la federación respondió con una sanción competitiva de dos puntos, la pérdida del partido 10-0 y una sanción de 2000€ que pone en peligro la existencia del club.

Es demasiado fácil encontrar la incoherencia entre las medidas sanitarias y le decisión tomada por la RFEBM en este caso, el quid de la cuestión es cuando no es el único caso. El 21 de enero el club castellanoleonés de Primera Nacional, BM La Robla, siguió el mismo proceso para solicitar uno de los aplazamientos de sus partidos debido a que uno de sus jugadores estaba contagiado. De manera consecuente, se le castigo por no presentarse. Un caso similar ocurrió en Vizcaya al CB Urduliz, quién fue obligado a jugar un partido tras conocerse un estrecho vínculo de un jugador con un positivo. Días más tardes, lo ocurrido fue la peor de las opciones, jugadores positivos y síntomas en varios.

¿A qué juega la federación con la Primera Nacional? ¿Pretende que una liga de bronce de un deporte que no es profesional lo sea?. Solicitan que sus jugadores vivan por y para su equipo cuando son los propios jugadores los que pagan su ficha. No olvidemos que en la mayoría (por no decir todos) de casos los jugadores compaginan trabajo y/o estudios con la faceta deportiva.

Todavía está todo fresco entre comunicados y resoluciones de parte de RFEBM y el BM Maravillas. Todavía hay tiempo para que una de las dos partes rectifique. Si el órgano presidido por Paco Blázquez diese marcha atrás, la lógica superaría a la burocracia y el balonmano podría seguir tocando a las puertas de los jóvenes. Si fuese el Maravillas quien pagase la multa impuesta, muy difícilmente puedan seguir compitiendo y hacer frente a la cantidad de gastos del club en esta atípica temporada, siendo el único perjudicado el balonmano.