¿Hasta cuándo?

Hoy, 23 de enero de 2023, nos encontramos, posiblemente, ante las últimas horas de Pepe Mel al frente del Málaga. Bien es cierto que los resultados no invitan al optimismo. 18 puntos en 18 jornadas, números bastante pobres para un equipo que quiere salir del descenso, aunque, ¿de verdad es culpa del entrenador que el Málaga se encuentre en esta situación? Vamos a analizarlo.

En estas dos últimas temporadas, hasta un total de 55 jugadores han diputado, al menos, un minuto con la camiseta del Málaga CF. CINCUENTA Y CINCO jugadores en DOS temporadas. Por si fuese poco, han pasado 4 entrenadores diferentes durante estas dos campañas, con la posibilidad de que se sume un quinto siempre y cuando se oficialice la salida del actual entrenador, Pepe Mel.

¿Ponemos todo en contexto? Vamos a ello. Tras la salida de Sergio Pellicer, el Málaga elige a José Alberto como sustituto. Con él, se realiza una gran transformación en la plantilla tras dejar atrás la sanción económica y de fichas en la que estuvo sumergido el club en las anteriores campañas, fruto de una nefasta gestión que nos llevaba a la desaparición.

Después de un buen arranque, todo se fue al traste. Natxo González y Pablo Guede intentaron levantar un equipo que nos vendieron como aspirantes al Play OFF y que acabó salvándose con 45 puntos gracias a los deméritos del resto. ¿La culpa de quién fue? De los jugadores, de los entrenadores y de la prensa por poner unas expectativas irreales después de que ellos mismos afirmaran que el objetivo del Málaga tenía que ser mejorar lo que se hizo la anterior campaña (duodécimo, con 53 puntos).

Pese al despropósito de temporada que casi empujan al Málaga al descenso de categoría, ningún cargo de la directiva ni de la dirección deportiva fue despedido. Ninguno. Que el Málaga CF, un club con tanta historia y relevancia en el fútbol español haya quedado a las puertas del descenso quedó impune en las oficinas de Martiricos. Como si se tratase de lo más normal del mundo. De hecho, se decidió recuperar a un ex dirigente, Ruíz Guerra, bajo el lema de «amor a lo propio». Paradójico, ¿verdad? Traer de vuelta a un directivo que estuvo presente en una de las peores gestiones del club como abanderado del malaguismo. Casi nada.

¿Cómo intentaron lavar su imagen? Muy fácil. Con jugadores que tuvieron un cierto nombre en un pasado y abrazados a la figura de Pablo Guede como estandarte del club. Los fichajes acallaron las críticas recibidas durante el verano, pero pronto salieron las carencias de una plantilla nuevamente descompensada y de un entrenador desbordado, sin ideas y sin recibir el respaldo del club ni de los jugadores. El primer partido de liga en casa sacó las vergüenzas de todos, y desde ahí, no se ha conseguido levantar cabeza.

Pablo Guede se marchó. Llegó sin preguntar su sueldo y se fue como un señor, sabiendo que era incapaz de levantar al equipo. El único con un mínimo de dignidad que tuvo la valentía de dar un paso al lado, de reconocer sus errores y de apoyar al equipo desde otro lado. Y sí, es argentino, sólo estuvo dos años aquí, y sin embargo, ha demostrado más que muchas personas que se dan golpes en el pecho por haber tenido un mínimo de pasado en el club.

Pepe Mel fue su sustituto, y aunque el equipo responde en el campo, los resultados siguen sin llegar, algo que hará que se repita una vez más la historia. Aferrados al cargo, gastarán la última bala que les queda en la recámara, y no es otra que la de volver a cesar al entrenador. Diversos medios apuntan a que el club valora esta posibilidad, algo que no beneficia en nada a la plantilla. Al fin y al cabo, así es el fútbol y esta es la poca paciencia que se tiene en este club con los entrenadores. ¿La culpa esta vez? siempre al de al lado. Mientras tanto, el club a la deriva, y con él, el sentimiento de miles de malaguistas que se hundirán con el barco.

Podrán contarnos los cuentos que quieran, pero al final, todos somos conscientes de la realidad. Manolo y José María fueron los «culpables» de que el Málaga siga vivo en la actualidad, y sin embargo, pueden pasar a la historia como los responsables del descenso a Primera Federación con el quinto presupuesto más alto de la categoría. Cada uno por lo suyo. José María, por mostrarse incapaz de asumir responsabilidades y de haber cesado en su momento al director deportivo. Manolo Gaspar, por sus innumerables errores en la gestión de plantilla y por su nula autocrítica.

Era el final perfecto para esta novela. Dos malagueños salvando una nefasta gestión por parte de los Al-Thani y llevándonos de nuevo a Primera. Desgraciadamente, las cosas no han salido. Seguramente no ha sido por falta de empeño, pero han demostrado su incapacidad al frente de este club. Tuvieron su oportunidad de marcharse por la puerta grande, pero ahora no les quedará otra que rezarle a todos los santos para que esta última bala funcione y así no salir en la foto más trágica. Ojalá se consiga la salvación por el bien de único que nos importa a todos que es el Málaga CF, pero de certificarse el descenso, serán los dos grandes responsables y los dos únicos señalados.

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