El Unicaja vuelve por sus fueros en una dura derrota
El equipo recordó al de Katsikaris, con el descenso acechando
Era importante empezar a dilucidar si la mejoría de Unicaja era por el efecto nuevo entrenador o porque realmente Navarro había dado con la tecla. El partido ante el Gran Canaria ha servido para comprobar que todavía, valga la redundancia, este equipo está muy verde, y que cuando no entran los balones el equipo sigue adoleciendo los mismos problemas del primer partido de la temporada. La baja de Bouteille de última hora hizo que el quinteto cambiase bastante, volviendo Brizuela y consiguiendo Cameron Oliver su primera titularidad de la temporada. También rotó con los pívots dándole la oportunidad de iniciar el partido a Dejan Kravic.
No entró mal Unicaja al partido. Aunque le costaba conseguir puntos en ataque, conseguía mantener el tipo ante un Gran Canaria que salió muy enchufado, aportando mucha velocidad al juego con transiciones rápidas. Los cajistas no han encontrado la soltura en todo el encuentro, si bien gracias al esfuerzo en el rebote ofensivo de la primera mitad consiguió mantener una distancia corta. Además, ha sido una noche horrible en el tiro para los de Ibón Navarro, haciendo un 8 de 31 en triples, consiguiendo únicamente dos en la segunda mitad. Sin embargo, el comienzo fue un espejismo en este sentido, pues se conseguía seguir el ritmo triplista de los canarios. Al final del primer cuarto llegaba Unicaja 6 abajo.
El segundo cuarto fue insufrible para el espectador neutral. El conjunto malagueño salió un poco mejor, y ganó el cuarto, pero los dos equipos estaban totalmente erráticos en ataque, para acabar el segundo parcial 30-28 a favor de los isleños. Una gran actuación de Carlos Suárez en el segundo parcial mantuvo dentro del partido a los de Navarro. Sorprendente los 21 minutos que jugó el capitán, aprovechando que con la baja de Bouteille Abromaitis se tenía que mover al puesto de alero y que Cameron Oliver estuvo todo el encuentro con problemas de faltas.
El paso por vestuarios sentó fatal a Unicaja. Un tercer cuarto lamentable, como los de antaño, ponía el partido imposible para los de Ibón Navarro, a remolque durante el resto del partido. Un parcial aplastante al inicio de este cuarto dejó sin opciones a un Unicaja al que no le entraba nada. Ya lo decía Ibón Navarro en la previa. El Unicaja es un equipo que cuando la cosa va bien rinde muy bien pero como no tenga el día anímicamente son incapaces de levantar los partidos. El Gran Canaria hoy ha demostrado que es un conjunto mucho más sólido que los cajistas, y si no están más arriba en la clasificación es solo por factores externos. El tercer cuarto jugado ha recordado en exceso a la época de Katsikaris. Nula capacidad ofensiva y con los brazos bajados en defensa.
El último cuarto también ha recordado al pasado. Un quiero y no puedo constante. El Gran Canaria, jugando a medio gas, ha mantenido a raya a unos malagueños que ya se habían rendido. Apenas ha habido un amago de reacción, con los triples de Cameron Oliver y Francis Alonso, únicos de la segunda parte, pero rápidamente ha sido sofocado con el solvente trabajo de los de Fisac. Al final, derrota 76-59 y con los equipos en descenso respirando en el cogote de los cajistas.
