El día de la ilusión
El Unicaja buscará dar la sorpresa del año ante el Barcelona en los cuartos de final de la Copa del Rey, este jueves noche, a partir de las 21:30 horas
En este año tan raro en el que los aficionados no ocupan cada butaca del Wizink Center y las calles de Madrid no se pintan con los colores de los ocho equipos participantes en la Copa del Rey, el Unicaja llega al Torneo del KO con la ilusión y la esperanza de hacer una buena actuación. Ya no digo de pasar a las semifinales, pero sí al menos de hacer un partido a la altura de las circunstancias. Los cajistas tienen ante sí el reto de poner contra las cuerdas al gran favorito de la competición y, quien sabe, incluso de dar la sorpresa.
El conjunto de Los Guindos llega a la capital en su peor momento. Aún pesan en las espaldas de los jugadores las más de diez derrotas consecutivas de las últimas semanas y la eliminación de la Eurocup, pero la Copa es distinta. El Torneo del KO es un universo paralelo en el que todo puede ocurrir. No hay que olvidar que el año pasado, en estas mismas fechas, los malagueños acogían en su casa la celebración de la competición sin partir como favoritos. Habían entrado como invitados y todo el mundo esperaba que la participación de los cajistas fuese fugaz. Un año después, los de Fotis Katsikaris regresan a la Copa como subcampeones, que no se nos olvide.
Da igual que el coronavirus nos haya arrebatado la que es la fiesta del baloncesto por excelencia. Da igual que el Unicaja llegue como la cenicienta del grupo y todas las apuestas estén en su contra, la ilusión y el ‘gusanillo’ por dar la sorpresa siempre están ahí. El conjunto de Los Guindos va a necesitar que se alineen los astros para derrotar al todopoderoso Barcelona, pero nada es imposible. El año pasado nadie imaginaba que los culés iban a caer en los cuartos de final ante el Valencia Basket. Y pasó.
Es cierto que poco queda de aquel Barsa que salió de la Costa del Sol demasiado herido. Pesic dio paso a Jasickevicius, un entrenador que ha sido capaz de romper la hegemonía del Real Madrid y le ha dado un lavado de cara muy importante a su equipo. El Barcelona asusta y mucho. Si repasas nombre por nombre la plantilla blaugrana dan ganas de coger la maleta y volver al Martín Carpena directamente, pero hay que jugar y, sobre todo, luchar.
A pesar de los malos resultados que acumula el Unicaja, aún sigue siendo ese equipo al que le gustan las sorpresas, ese al que no hay que dar por muerto hasta que no suene el silbato final, el de las remontadas in extremis. Los malagueños van a necesitar a todos los tiradores en un día de gracia. Necesitará a los interiores, Thompson y Guerrero más fuertes que nunca, a jugadores como Francis Alonso que recuperen su magia y vuelvan a sonreír con cada balón que pasa por sus manos. Se va a necesitar que la mente no les juegue una mala pasada, otra vez, a los cajistas. Es la ocasión perfecta para creer, para dar un chute de moral a la plantilla, que lo necesita como agua de mayo. No se le pide al Unicaja que pase a la siguiente ronda, solo se le pide que plante cara. Cuando las expectativas son bajas cualquier mínimo logro va a parecer un gran triunfo. Allí donde los caminos se cruzan, cualquier sueño es posible.
