Dani Barrio rescata un punto entre despropósitos
Los blanquiazules prolongan su mala racha en casa mientras que el Oviedo desaprovechó grandes ocasiones (1-1)
Málaga y Oviedo se veían de nuevo las caras sólo cuatro días después del choque copero que enfrentó a ambos conjuntos en el mismo escenario. Las rotaciones en los dos cuadros hacían pensar que este choque iba a ser muy distinto al que vivimos en Copa del Rey, y así fue, ambos entrenadores alinearon a sus mejores futbolistas buscando los tres puntos que le harían escalar unas cuantas posiciones en la tabla.
El equipo de Sergio Pellicer comenzó el encuentro muy cómodo, realizando una gran presión en bloque alto y dificultando la salida de balón del Oviedo. La versatilidad de los cuatro hombres de arriba de los blanquiazules provocaron un auténtico dolor de cabeza a la zaga carbayona, que veían como los delanteros caían a bandas y provocaban espacios en zonas peligrosas del campo.
En el minuto 13 se adelantó el conjunto blanquiazul gracias a una acción ensayada entre Cristian Rodríguez y Yanis Rahmani. Ambos jugadores ya habían buscado una jugada similar unos minutos antes, y tras el primer aviso, lograron pillar a la defensa del Oviedo despistada y lo aprovecharon para poner el primer tanto del encuentro, algo que ponía justicia en el marcador tras lo visto en el primer tramo del partido.
Tras adelantarse en el marcador, el cuadro blanquiazul dio un paso hacia atrás, y esto le dio alas a un conjunto visitante que comenzó a encontrar a sus hombres de ataque, y por lo tanto, comenzó a crear peligro sobre la meta defendida por Dani Barrio. Tanto Marco Sangalli como Nahuel fueron dos puñales por bandas, algo que incomodó a los dos laterales malaguistas, que sufrieron sobre todo por sus espaldas.
En el inicio de la segunda mitad, el Oviedo logró empatar la contienda gracias al tanto de Nahuel Leiva, que aprovechó un espacio en el centro de la zaga boquerona y puso el empate en el marcador. Los visitantes ya habían avisado en la primera parte, y encontró su premio en el minuto 50 en las botas del que estaba siendo el mejor jugador del Real Oviedo.
El empate hizo más atractivo el encuentro, y es que ambos conjuntos buscaron la victoria y provocaron varios desajustes en las zagas rivales. Ninguno de los dos lograron hacerse dueños del centro del campo, por lo que los extremos protagonizaron las acciones más peligrosas del encuentro, aprovechando la velocidad de los hombres de banda y las debilidades del contrario.
Los locales dieron un paso hacia adelante, en búsqueda de la sequía que sufre el cuadro de Pellicer en el Estadio de La Rosaleda, que llevan sin conseguir la victoria desde el pasado mes de octubre. En el minuto 78 llegó una acción polémica, y es que el colegiado señaló un penalti por una mano dentro del área a favor de los blanquiazules, pero tras consultarlo con el monitor, se dictaminó que al estar la mano apoyada en el suelo, no era penalti, algo que enfadó de nuevo a los de Pellicer.
A falta de 10 minutos, Alberto Escassi fue expulsado tras ver la segunda amarilla en una acción que el central malaguista tuvo que cortar, ya que el extremo del Oviedo encaraba solo la portería de Dani Barrio y hubiese supuesto el tanto de la remontada carbayona. La expulsión hizo cambiar la mentalidad de ambos conjuntos, ya que el Málaga esperó al Oviedo en su propio campo, mientras que el Oviedo se lanzó al ataque aprovechando su superioridad numérica.
El empate no deja satisfecho a ninguno de los dos, los blanquiazules sigue en una mala dinámica de resultados ligueros en casa y el Oviedo se queda con la sensación de poder haber conseguido más de La Rosaleda. Los locales se enfrentarán en su próximo partido a la Ponferradina en casa, mientras que los visitantes visitarán Las Gaunas para enfrentarse al Logroñés.
