Otro cualquiera se hubiera hecho el longuis y hubiera buscado cualquier excusa para no aceptar la propuesta del Málaga CF y, de esta forma, ocupar el banquillo blanquiazul en un momento en el que su carrera profesional podría verse afectada ante la compleja situación que vive el equipo de Martiricos, con el descenso pisando los talones. Pero Pablo Adrián Guede es un argentino malagueño con el corazón ‘bokerón’ y «cuando el equipo de tus amores llama a la puerta no se puede decir no».

Gracias, Manolo Gaspar, por traerlo. Por una vez, en muchos años, salgo de la sala de prensa de La Rosaleda ilusionado. Por primera vez, en muchos años, el discurso de un entrenador me ha emocionado, y es que Guede habla en malaguismo, usa un lenguaje de futbolista metido a entrenador con el corazón que, llámenme sensiblero, me ha puesto el vello de punta. No usa recovecos, no necesita taparse porque es natural y con ese toque de ironía y desparpajo que le caracteriza se ha mostrado como pez en el agua donde otros, no hace mucho, han naufragado con sus discursos vacíos, miedosos, ‘bienquedistas’ y muy alejados de lo que todos reclamamos del responsable técnico de nuestro equipo.

No podemos confundirnos: Guede no hace milagros. Tendrá que trabajar y poner a trabajar a la plantilla que nos ha llevado a esta situación, pero está claro que lo hará uno de los nuestros. No es un valor que dé éxitos, pero es un añadido a todo lo que va a poner sobre el tapete. Estoy seguro de que no podrá haber relajación, que aquellos que no cumplan con lo mínimo van a jugar menos que el portero suplente de Oliver y Benji.

He sido muy crítico con la confección de la plantilla, sobre todo desde el mercado invernal para acá. No creo que los aciertos de Gaspar sean muchos, pero solo por cómo he salido hoy de esa sala de prensa, igual hasta acabo tocándole las palmas en Calle Larios al director deportivo. Solo con que la inyección de moral e ilusión que me ha insuflado el nuevo técnico, sea la mitad que dé a la plantilla creo que la permanencia está lograda. Ojalá puede hacer lo mismo con el resto de la afición y que seamos capaces de llevar ese discurso positivista a todos para que se suban al barco de Guede para buscar una salvación necesaria para el futuro del club.

Kiko García Delgado

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