Falta de tomas claras y una mano separada y que ocupa un espacio en un Eibar-Málaga polémico

A pesar de que la retransmisión no ofreció una imagen clara de la mano de Lombán, esta parece clara ya que Ávalos Barrera está muy cerca y la señala de inmediato

Eibar y Málaga se enfrentaron en Ipurúa en un partido correspondiente a la jornada 20 de LaLiga SmartBank que estuvo dirigido por el catalán Rubén Ávalos Barrera, que tuvo una actuación bastante compleja y que terminó con la señalización de dos penaltis.

El partido comenzó con buen ritmo, aunque la primera falta no se hizo esperar. Fue una infracción cometida por Sekou Gassama que derribó a un rival tras dar un pisotón a un rival en una acción que no constituyó amonestación.

Al igual que las faltas no se hicieron esperar, los goles tampoco, y en el minuto 6 de partido Sekou abrió la lata en Ipurúa con un gol que no dejó lugar a la polémica. En el minuto 9 hubo una jugada en la que el balón, que estaba en posesión de la SD Eibar, impactó en Ávalos Barrera. El balón pasó a ser para el Málaga, y ante ello y tal y como establece el reglamento desde hace varios años el catalán procedió con un balón a tierra para los vascos, teniendo que jugar el balón un jugador local y permaneciendo el resto (tanto rivales como compañeros) a una distancia de cuatro metros.

En el minuto 22 tuvo lugar una acción clave en la actuación arbitral de Rubén Ávalos Barrera, que señaló penalti por una acción por mano de Lombán. Las tomas no son claras, pero cabe destacar la rapidez con la que el catalán señaló el penalti, algo que muestra la concentración del árbitro. Además, el jugador malaguista fue amonestado por evitar con ello un ataque prometedor, ya que de no tocar el balón con la mano Blanco Leschuk podría haber rematado la pelota.

Tras ello, prácticamente en la siguiente jugada, la SD Eibar se adelantó en el marcador con un gol que en esta ocasión no dejaría lugar a la polémica. El descuento en la primera parte fue de dos minutos, cifra que quizás se queda corta teniendo en cuenta, sobre todo, el tiempo empleado en corroborar esa pena máxima desde el VAR. Sin embargo, el árbitro estimó oportuno ese descuento para una primera mitad que se saldó con una única amarilla.

La segunda parte arrancó con buen ritmo, aunque también con bastante trabajo para el colegiado. En el minuto 51 el colegiado señaló penalti por mano de Víctor Gómez. En directo parece que la pelota impacta en la mano extendida, pero el balón impacta en la  otra mano. Es cierto que la pelota impacta en el brazo y que ocupa un espacio, ya que se encuentra separada del cuerpo, pero la clave está en si se trata de una posición natural o no, algo que el colegiado consideró como antinatural. El contacto existe y desde el VAR, donde estaban Ais Reig y Pulido Santana, se corroboró esa mano.

En el minuto 58 Paulino hizo una entrada temeraria que le pudo costar la amarilla. El árbitro aplicó ventaja pero al ver que el Eibar realmente no obtenía ventaja, señaló la falta pero no mostró la amarilla. Poco después, en el minuto 59, Javi Muñoz también pudo ver la amarilla por una acción en la que dio un pisotón a Brandon en una acción en la que Ávalos Barrera no señaló falta.

En el minuto 79 Corpas fue amonestado por protestar una de las decisiones del colegiado de manera exaltada. El catalán, que no quería que el partido se le fuese de las manos, mostró una amarilla más que merecida.

El partido siguió con buen ritmo, y en la acción del 2-2 poco que destacar en el apartado arbitral, ya que el tanto de Brandon no dejó lugar a la polémica. Con este resultado el partido subió la tensión, pero no hubo entradas excesivamente duras y el partido continuó con buen ritmo.

En el minuto 84 los jugadores de la SD Eibar reclamaron la segunda amarilla para Lombán, que puso en juego una falta antes de que el árbitro diese la señal para ello. Esto es, en teoría, motivo de amonestación si el árbitro interpreta que hay una intención de pérdida de tiempo. Sin embargo, en este caso, se estaba llevando a cabo un cambio, por lo que la intención de pérdida de tiempo no existía ya que el juego estaba parado.

La última amarilla del partido llegó en el minuto 88 y fue para Sergio Álvarez, por derribar a un jugador del Málaga evitando con ello un ataque prometedor. El descuento fue de cuatro minutos que se corresponde al tiempo empleado en las cinco ventanas de cambio y en la revisión del penalti de Víctor.

El partido se saldó con un total de 24 faltas señaladas y tres amarillas en una actuación en la que Ávalos Barrera controló el partido en todo momento y que dejó dos penaltis por mano favorables a la SD Eibar.

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