Bendito administrador judicial, ¡qué 2020 nos has regalado!

La llegada de José María Muñoz a la administración del Málaga CF ha supuesto el cambio de rumbo de la entidad hacia la solución de sus problemas económicos y deportivos

En un año marcado por una pandemia mundial y donde son muchas las empresas que han quebrado o han bajado sus ganancias, el Málaga CF puede sacar una nota positiva de este 2020: la llegada de José María Muñoz como administrador judicial y la marcha momentánea y casi definitiva de la familia Al-Thani del club. El administrador llegó en febrero a una entidad tocada por problemas financieros, atosigada con el límite salarial y con su respectiva sanción de poseer solamente 18 fichas profesionales; problemas extradeportivos, como el despido de Víctor Sánchez del Amo; y problemas deportivos, coqueteando las plazas de descenso a Segunda División B.

Su llegada marcó un claro antes y después. Una de sus primeras decisiones fue la de vender a Antoñín al Granada, un movimiento que dejó un montante de 1,5 millones de euros y permitió el primer empujón financiero. Pero el límite salarial seguía desfasado y fue así como llegaron los ERE: primero al personal no deportivo y, tiempo más tarde, a la plantilla deportiva, ahorrando al club 3,8 y 5,2 millones de euros, respectivamente, en las temporadas 2020/21 y 2021/22. A todo esto, hay que añadirle la cancelación de los salarios de la familia Al-Thani (1,444 millones de euros) y los recortes en proveedores (unos 200 miles euros) y en el uso del Estadio Ciudad de Málaga (465 miles de euros), entre otros. Medidas en su mayoría drásticas, pero necesarias para solucionar los problemas financieros, suponiendo un ahorro de más de ocho millones de euros solo en la presente temporada 2020/21… ¡Ocho millones de euros!

A la buena gestión de José María Muñoz en el apartado administrativo se suma la gestión de Manolo Gaspar en la dirección deportiva. No ha sido complicado lidiar con tantos problemas y más en una pandemia donde todos los equipos han visto reducidos sus ingresos, pero el director deportivo ha sido capaz de confeccionar una plantilla competitiva dentro de los límites que tenía, que no eran ni mucho menos fáciles. Con el límite salarial más bajo de toda la Segunda División, ha logrado fichar o traer cedidos a jugadores como Yanis Rahmani, Joaquín Muñoz y Chavarría, mas la ficha profesional de Juande y Luis Muñoz. Ahora, tras varios meses desde que finalizó el mercado estival de fichajes, pregunto yo: ¿alguien ha echado de menos a Juanpi, Luis Hernández, Adrián González y compañía?

En menos de 365 días, el club blanquiazul ha pasado de estar sumergido en una crisis institucional y estar cerca de una posible desaparición a poder creer en un nuevo resurgir. Quizás este 2020 haya sido un año horrible para la población mundial, pero para el Málaga y los malaguistas ha sido ese año de inflexión en el que volver a ilusionarse por ver a un equipo competir y sin pensar en otra cosa que no sea lo que pase en el terreno de juego. Ahora llega un 2021 que seguro seguirá la misma línea, con la ampliación de capital en el horizonte.

¡Larga vida al Málaga Club de Fútbol!